Cuando una persona no tiene hambre no persigue nada nuevo; está satisfecha donde está. Y donde usted se queda es donde se seca y se muere. Puede tener la Palabra, conocer las Escrituras y estar muerto, sin nada dentro.
Si un hombre sin pecado tuvo que morir para cumplir el requisito de la justicia del Padre, ¿cuánto más nosotros que tenemos pecado?
Cuando usted se ofende comienza a retraerse en su corazón, y comienza a perder territorio. Entonces, llega a un lugar donde puede tolerar la tibieza como algo normal. ¿Cómo puede una persona que ha gustado el Poder de Dios volver a la tradición, la religión, etcétera?
¿Es posible ver un milagro y no cambiar? ¡Sí! Tocado pero cambiado. Por eso Jesús, requerido por el Padre, tiene que morir. Una muerte que desde la lógica no tiene sentido porque Él no tenía pecado por qué morir.
Cuando Jesús recibió el poder de lo alto, no salió directo a hacer milagros, fue al desierto a seguir muriendo al “yo”. Luego, Jesús, como un hombre muerto fue a la sinagoga, abrió las Escrituras y se halló a Sí mismo. Tuvo una revelación de Sí mismo. “El Espíritu del Señor está sobre mí, porque me ha ungido…”.
La unción y el corazón
Un ciclo tiene un principio y un final. Dios se mueve en tiempos y estaciones que nadie sabe cuánto duran. Desde el día en que Jesús dejó la tierra no hemos visto la plenitud de esa unción manifestada. El primer lugar de la unción de Cristo es dedicada al área del corazón, no al cuerpo.
Cuando la gente no tiene esta revelación buscan lo externo de Dios, entonces, sabemos en algo está ausente en el corazón. Busca lo externo porque no hay nada dentro. La primera parte de la unción de Dios es dedicada al corazón quebrantado.
Hay un avivamiento a punto de caer en la tierra, de otro estilo, y será de larga duración. Todos los avivamientos que hemos visto en el último siglo comenzaron en el lugar correcto, que no es la alabanza ni la ofrenda, sino en el cambio de corazón. Cada avivamiento tiene un énfasis diferente.
Hemos tenido enseñanza tras enseñanza acerca de la fe, y no hemos visto avivamiento. Tenemos un concepto equivocado de la fe, porque está en la mente no en el corazón. La fe de hoy es un ejercicio mental. Por eso no funciona, porque sale del lugar correcto. Mientras no salga del corazón no será real ni funcionará.
América jamás se ha arrepentido del pecado original sobre el cual está edificada esta nación. ¿Qué clase de corazón debes tener para ser dueño de un esclavo? A decir verdad, no puede tener uno. Y fue hecho en nombre de una fe que no tenía corazón.
100 años más tarde, Dios levanta una nueva generación, otro etnos, el pueblo hispano y portugués. ¿Cree que es accidental tener un papa latino hoy? El religioso más poderoso es latino y el presidente más poderoso es afroamericano. El mundo está siendo sacudido porque el reino de Dios ha llegado. Cuando llega el Reino la justicia se cumple.
15 años atrás, en el avivamiento de Pensacola y lo que sacudió esa ciudad no fue un milagro sino que Dios descendió al corazón del hombre y lo volteó. ¿Sabe por qué no hemos visto la plenitud del avivamiento? Porque acamparon en el corazón y no lo manifestaron.
El primer aspecto de la unción de Dios es dedicado al corazón. Si no entra en nuestro corazón no es un cambio sino una actuación. “Tocado pero no cambiado”.
El avivamiento comienza con la revelación de la morada interna de la Presencia de Dios. Porque ahí es donde está el arca del pacto.
Cuando una persona se aparta depende de lo externo. Lo audible es lo externo. La voz audible de Dios es poderosa, sin embargo, es externa. La voz de Dios que usted escucha continuamente es la voz interna. Cuando el corazón está nublado, tiene muchas cosas dentro, no escucha.
Una vez que lo tenga dentro del corazón, saldrá por la boca, porque el corazón y la boca están sincronizados. Todo lo que diga, bueno o malo, sale de alguna parte de su corazón. No puede salir de otro lado.
El plan del enemigo, su meta, es llevar el corazón cautivo. La Biblia dice que el espíritu guía, nunca empuja. El diablo quiere su ministerio, su matrimonio, pero eso es sólo el fruto. El busca nada más que el lugar del reposo de Dios en la tierra, el corazón del hombre.
Ninguna cosa que no se origina del corazón es real y no permanecerá.
La únicas relaciones que perdurarán en su vida son aquellas que comenzaron en el corazón. “Tocado pero no cambiado”. Usted puede ver la gloria y no estar en ella. “Tocado pero no cambiado”. La unción de Dios no puede pasar de largo el corazón. No puede pasar por otro lado, primero tiene que venir al corazón y luego afectar el resto de su vida.
Todo pecado se hace, no de la cabeza, sino del corazón. El corazón no habla palabra livianas. No puede. Yo tengo que rendir cuentas por cada palabra que digo. Judas estaba ahí cuando el agua se convirtió en vino, cuando los peces se multiplicaron, cuando Lázaro salió de la tumba. Lo vio todo y fue tocado, pero no cambiado. Ananías y Zafira vieron la Gloria y el Poder de Dios. “Tocados pero no cambiados”.
Cuando alguien es cambiado en el corazón no tienen que recordarle qué no debe hacer; porque su corazón ha sido circuncidado. El corazón es la capacidad de Dios en su vida. ¿Cuánto de su corazón tiene Dios? Esto determina la medida del Espíritu que usted puede portar.
¿Cuando un corazón quebrantado es diferente de un corazón herido?
El animal más peligroso del mundo son los heridos. Los predicadores más peligrosos… porque ellos van a predicar su dolor, no su victoria. Porque todo se reproduce según su especie. Algo de su dolor ha salido de ese lugar sagrado, porque una persona herida se ha contaminado y no puede tener un flujo limpio del poder.
El corazón es donde hay intimidad.
Jesús dijo: “Muchos me dirán…” porque cuando una persona está apartada trabaja desde una atmósfera porque no hay nada por dentro. Asegúrese de tener la presencia siempre dentro. Gracias a Dios por lo externo, pero una obra más profunda es cuando Dios entra al interior.
El corazón es muy complejo y sensible. Cuando lidiamos con las personas confundimos su intelecto con su corazón. Usted puede hablar muy bien pero estar cubriendo mucho dolor. La revelación está en el corazón. La transformación de la cabeza o del corazón son muy diferentes. Es como la diferencia entre el hombre y la mujer; ellos piensan muy distinto.
A menos que la transformación sea en el corazón, nuestra adoración estará contaminada. Cuando entra en la adoración no puede hacerlo pensando en sí mismo. Nos volvemos almáticos y la adoración viene de cómo se siente. Ya no sale de ese lugar de pureza. Sólo el puro de corazón verá a Dios.
El cambio comienza con la rendición. Después de la rendición comienza la transformación. La transformación no termina, sino que es un proceso continuado que nunca cesa. Cuando usted deja de morir deja de ser transformado y comienza a conformarse a una realidad diferente.
Nos convertimos en lo que cultivamos.
La transformación comienza en el corazón. Si no, no es real. Si la fe no comienza en el corazón no es real. Si la palabra “te amo” no sale del corazón. Cuando usted dice: “Creo en Dios”, si no es del corazón, no es real.
Hoy día la fe es un ejercicio mental que no requiere transformación es un ejercicio mental sin realidad. Cuando usted dice: “Yo creo”, algo sucede. Cuando su corazón está correcto no tiene nada anti en su corazón; lo cual es opuesto a la fe.
Dios es Su palabra. Él lo dijo, yo lo creo y punto. Ahora mi corazón está bien. He aprendido a nunca vender mi corazón.
¿Cuánto de Dios quiere usted? ¿Qué tan abierto está su corazón? ¿Está abierto con cautela o con inocencia? La muerte es voluntaria. El Jordán es voluntario. Con cada acto de obediencia el corazón se expande. Con cada acto de desobediencia se encoge.