Salmo 122 – Oración por la Paz de Jerusalen

El Salmo 122, Oración por la Paz de Jerusalén, es un himno de gozo y unidad que refleja un profundo amor por la casa de Dios.

Título y tema: David lo escribió para que lo cantara el pueblo cuando ascendía a las fiestas santas en Jerusalén. Cuando se hallaban dentro de las tres murallas, todas las cosas alrededor de los peregrinos contribuían a explicar las palabras que cantaban dentro de estas murallas seguras. Una voz dirigía el Salmo con su personal «Yo», pero diez mil hermanos y compañeros se unían al primer músico y entonaban el coro del refrán. C. H. S.

El Salmo 122, oración por la paz de Jerusalén: Foxe, en sus Acts and Monuments, refiere de Wolfgang Schuch, el mártir de Lotarengo, en Alemania, que al oír la sentencia de que iba a ser quemado, empezó a cantar el Salmo ciento veintidós.

Versículo 1. Me alegré cuando me dijeron: A la casa de Jehová iremos.

Los hijos buenos se alegran al ir a casa, y al oír a sus hermanos y hermanas que los llaman alíL El corazón de David se gozaba en el culto a Dios, y se deleitaba cuando encontraba a otros que le invitaban a ir allí donde había ya sus deseos: estimula el ardor del más ardiente el oír a otros que le invitan a cumplir un deber santo. C. H. S.

Gregorio Nazianceno escribe que su padre era un pagano, y que instándole su esposa para que se hiciera cristiano, en un sueño se le presentó este versículo, y esto le conmovió en gran manera. John Trapp

Versículo 2. Ya se posan nuestros pies dentro de tus puertas, oh Jerusalén.

El Dr. Clarke, en sus viajes, describe la larga procesión hacia Jerusalén. Tras un arduo ascenso por las colinas, los primeros en llegar a la cima extendieron los brazos con júbilo y exclamaron: «¡La Ciudad Santa!» ¡La Ciudad Santa!», y se postraron y adoraron, en tanto que los que seguían detrás se apresuraban a avanzar para verlo.

Así el cristiano moribundo, cuando llega a la última cumbre de la vida y su vista se extiende y empieza a ver la ciudad celestial, puede gritar de gozo al ver su gloria, e incitar a los que siguen detrás a acercarse para verla. Edward Payson

¡Oh, Jerusalén! El Sol de justicia se acerca, creciendo en esplendor hasta llenar el horizonte. Me envuelve su luz como un insecto flotando en los rayos del sol. Exulto y tiemblo, asombrado de que Dios brille con tanta gloria sobre un simple pecador. Edward Payson

Versículo 3. Jerusalén, que está edificada como una ciudad de un conjunto perfecto.

No hay gozo en una iglesia dividida; la unidad en amor y fe despierta la alegría de los santos. Una iglesia fragmentada entristece a los piadosos, pues la contienda no atrae a las tribus.

Jerusalén: No importa su pasado degradado; cuando un lugar es santificado para Dios, se vuelve honorable. Antes fue Jebus, tierra de abominaciones y miseria para quienes seguían a otros dioses.

Pero ahora, desde que ha sido dedicada al servicio de Dios, es una ciudad: «un conjunto perfecto», «el gozo de toda la tierra». William S. Plumer

Versículo 6. Pedid por la paz de Jerusalén.

Cuando los metodistas wesleyanos abrieron una capilla en Painswick cerca del lugar en que estaba situada la iglesia de Cornelius Winter, éste oró tres veces públicamente el domingo precedente, para que su obra fuera prosperada y para darles aliento.

Cuando Mr. Joskins, de Bristol, el ministro independiente de Castel-Green, abrió una sala de reuniones en Temple Street, ¿qué hizo el incomparable Easterbrooke, el vicario de aquella parroquia? El domingo en que se abrió fue casi el primero en entrar. Se sentó cerca del púlpito.

Al terminar el servicio, estrechó las manos del predicador y exclamó: «Gracias, hermano, por venir en mi ayuda. Aquí hay más trabajo del que dos pueden hacer. Que el Señor bendiga nuestra cooperación.» – William Jay

Orar por la iglesia nos une a todas sus plegarias. Cada oración que asciende al cielo nos incluye, siempre que nuestros corazones estén dispuestos a interceder. John Stoughton

Versículo 8. Mis hermanos.

En otra ocasión, en una misión, un nativo, antes un caníbal, se dirigió a los miembros de la iglesia y dijo: «¡Hermanos!», y, haciendo una pausa, continuó: «¡Ah! Este es un nuevo nombre; no conocíamos su verdadero significado cuando éramos paganos. Es el Evangelio de Jesús que nos ha enseñado el significado de «hermanos». william gill

Versículo 9. Por amor a la casa de Jehová.

Jerusalén tenía al menos 480 sinagogas donde los rabinos leían y el pueblo escuchaba la palabra de Dios. La ciudad representaba la religión de Israel, y quienes la amaban oraban diariamente: «Por amor de la casa de Jehová nuestro Dios, te deseo todo bien.»A. M. Fairbairn

Charles Spurgeon