El Salmo 72 refleja la visión de un rey justo y sabio. Un himno que anticipa “El Reino de un Juez Justo” lleno de paz y justicia.
Es casi cierto que el titulo declara que Salomón es el autor de este Salmo, y, aun así, a partir del versículo 20 da la impresión de que David está pronunciándolo como una oración suya antes de morir. Jesús está aquí, sin la menor duda, en la gloria de su reino, tanto en su figura presente como en la forma en que será revelado en su gloria final. C. H. S.
Tan claro es el rastro de la pluma de Salomón, que Calvino, cuya sagacidad en esta clase de criticismo nunca ha sido superada, por más que se veía obligado por la nota al final del Salmo a atribuir la sustancia del mismo a David, pensaba que había en él los rasgos de la mano de Salomón y presentó la conjetura de que la oración era del padre, pero que después el hijo le dio forma lírica. William Binnie
Versículo 3. Los montes llevarán paz al pueblo.
En un sentido espiritual el corazón recibe paz por la justicia de Cristo; y todos los poderes y pasiones del alma quedan llenos de una santa calma cuando es revelado el camino de la salvación por medio de la justicia divina. Entonces partimos con gozo y somos guiados adelante con paz; los montes y las colinas irrumpen delante de nosotros cantando.
Versículo 5. Te temerán mientras duren el sol y la luna.
Su reino, además, no es un castillo de naipes o una dinastía de un día; durará en tanto que duren las lumbreras del cielo; los días y las noches cesarán antes que El abdique de su trono. Ni el sol ni la luna manifiestan todavía fallo alguno en su fulgor, no hay señales de decrepitud en el reino de Jesús; por el contrario, es como en su juventud, y es evidentemente el poder venidero, el sol naciente.
En todas las generaciones. Cada generación tendrá un núcleo de regeneración en medio de ella, hagan lo que quieran el papa o el diablo. En este mismo momento tenemos delante de nosotros las muestras de su poder eterno; desde que El ascendió a su trono, casi veinte siglos, su dominio no ha sido trastornado, aunque los imperios más poderosos han desaparecido como visiones en la noche.
Vemos en la orilla del tiempo los naufragios de los Césares, los restos de los mogoles y las últimas reliquias de los otomanos. Carlomagno, Maximiliano, Napoleón, ¡todos ellos han pasado como sombras delante de nosotros! Eran, y ya no son; pero Jesús es para siempre. En cuanto a las casas de los Hohenzollern, los Güelfos o los Habsburgos, han tenido su hora de poderío, pero el Hijo de David tiene todas las horas y todas las épocas como suyas. C. H. S.
Versículo 6. Descenderá como la lluvia sobre la hierba cortada; como el rocío que destila sobre la tierra.
Cada gota cristalina de lluvia nos habla de la misericordia celestial, que no se olvida de las llanuras resecas: Jesús es todo gracia, todo lo que hace es amar, y su presencia entre los hombres es gozo.
Hemos de predicarle más, porque no hay lluvia semejante que pueda ser un refrigerio para las naciones. La predicación filosófica se burla de los hombres como una tempestad de polvo, pero el evangelio cubre el caso de la humanidad caída, y la felicidad florece bajo su amoroso poder. Ven, oh Señor, a mi alma, y mi corazón florecerá con tu alabanza. C. H. S.
Las almas sin Cristo son como la tierra seca, sin la humedad de la gracia salvadora, sus corazones son duros; ni la vara, ni la misericordia, ni los sermones hacen impresión alguna sobre ellos. ¿Por qué? Carecen de Cristo, la fuente de gracia e influencia espiritual.
Antes de la caída el alma del hombre era como un jardín bien regado, hermoso, verde y fragante; pero con su apostasía de Dios, en Adán nuestra cabeza primera, las fuentes de la gracia y la santidad quedaron secas por completo en su alma; y no hay modo de mitigar esta sequía como no sea con la unión de nuestra alma a una nueva cabeza. John Willison
Versículo 7. Justo. Paz.
¿Preguntas lo que es individualmente? La respuesta es «Rey de justicia»; un Ser que ama la justicia, obra la justicia, fomenta la justicia, procura la justicia, imparte justicia a aquellos a quienes salva, perfectamente sin pecado y enemigo y destructor de todo pecado.
¿Preguntas lo que es prácticamente y en relación al efecto de su reino? La respuesta es «Rey de paz»; un soberano cuyo reino es un abrigo para todo lo que es desgraciado, un cobijo para todo lo que es perseguido, un lugar de reposo para los cansados, un hogar para los destituidos, un refugio para los perdidos. Charles Stanford
Versículo 8. Dominará de mar a mar, y desde el río hasta los confines de la tierra.
Este pasaje nos anima a considerar el reino universal del Salvador; sea antes o después de su advenimiento personal, dejamos la discusión para otros. En este Salmo, por lo menos, vemos a un monarca personal, y El, es la figura central, el foco de toda la gloria; no a su Siervo, sino a El mismo es a quien vemos poseyendo el dominio y dispensando el gobierno.
Los pronombres personales referentes a nuestro gran Rey ocurren constantemente en este Salmo; El tiene dominio, reyes caen delante de El, y le sirven; porque El da liberación, El exime, El salva, El vive, y diariamente es alabado. C. H. S.
Versículo 12. Librará al menesteroso que clame.
El clamor es el lenguaje natural de un alma espiritualmente necesitada; ha terminado con las frases rebuscadas y las oraciones largas, y ahora emplea suspiros y gemidos; y así, realmente, empuña la más potente de todas las armas, porque el cielo siempre se rinde ante esta artillería.
Y el afligido que no tenga quien le socorra. El proverbio dice: «Dios ayuda a los que se ayudan»; pero es aún más verdad que Jesús ayuda a aquellos que no pueden hacer nada para ayudarse a sí mismos y no encuentran ayuda en los demás. Todos los desvalidos están bajo el cuidado especial del compasivo Rey de Sión; que se apresuren a ponerse en comunión con El. Que le miren, porque El les está mirando a ellos.
Versículo 13. Y salvará el alma de los pobres.
Escipión acostumbraba decir que preferiría salvar a un solo ciudadano que matar a mil enemigos. Del mismo modo tendrían que pensar todos los príncipes con respecto a sus súbditos; pero este afecto y amor se elevan hasta la excelencia y poder supremos en el pecho de Cristo.
Tan ardiente es su amor para los suyos, que no consiente que ninguno de ellos perezca, sino que los lleva a la plena salvación, y se opone a demonios y tiranos que procuran destruir sus almas, dispersando su furia y confundiendo su ira. Mollerus
Versículo 14. Y la sangre de ellos será preciosa ante sus ojos.
Los angolanos despreciaban tanto a sus esclavos que a veces trocaban veinte y más de ellos por un perro de caza… Pero Cristo prefiere el alma de uno de sus siervos a todo el mundo, puesto que murió para que tuvieran más capacidad para entrar en la felicidad eterna.
Por haber roto un vaso, un romano echó a su esclavo en el estanque para que lo devoraran las morenas. Pero el Hijo de Dios descendió del cielo a la tierra, para librar a la Humanidad -sus siervos infieles, ingratos y viles- de los colmillos de la serpiente, y salvarlos como a Jonás de la ballena. ¿No es su sangre preciosa a su vista? Thomas Le Blanc
Versículo 15. Vivirá.
Alejandro el Grande reconoció, al morir, que era un hombre débil y frágil. «He aquí» «yo estoy muriendo, a quien llamáis falsamente un dios». Pero Cristo demostró que El era Dios cuando, en su propia muerte, venció y, podemos decir, mató a la muerte. Thomas Le Blanc
Versículo 16. Un puñado de grano.
Es bien conocido que los mercaderes de trigo llevan consigo pequeños saquitos de grano con los que muestran las diferentes calidades de la mercancía que tienen a la venta.
Ahora, permitidme que pida a cada uno que lleve consigo un saquito con este precioso trigo del evangelio. Cuando escribas una carta, deja caer una palabra en favor de Cristo; puede ser una simiente que eche raíces… Di una palabra en favor de Cristo doquiera que vayas; puede ser la semilla productiva de mucho fruto.
Deja un tratado en un mostrador o en una casa; puede ser la semilla de una cosecha abundante. El lugar más difícil, la montaña más empinada, el lugar en que haya menos esperanza de obtener fruto, éste es el primer lugar que debes atacar; y cuanta más labor se requiera en la distribución de las semillas, más devolverá. James Sherman
Versículo 18, 19. Como dice muy bien Quesnel, estos versículos se explican a sí mismos. Requieren más gratitud y emoción del corazón que entendimiento, y deben ser usados para la adoración, no para la exposición. El mayor deseo y oración siempre será contemplar a Jesús como Rey de reyes y Señor de señores. C. H. S.
Versículo 19. Amén y Amén.
El rabino Jehuda el Santo dijo: «El que dijo “Amén” en este mundo es digno de decirlo en el mundo venidero. David, por tanto, pronuncia dos “Amenes” en este Salmo para mostrar que un “Amén” pertenece a este mundo y el otro al venidero. El que dijo “Amén” devotamente es mayor que el que pronuncia las oraciones, porque las oraciones son la letra, y el Amén es el sello. El escribano escribe las letras, pero el príncipe pone el sello.» Neale y Littledale