Maldad: Sinónimo de → pecado cuyo sentido más se asemeja al concepto de un mal radical, demoníaco e insensato arraigado en el corazón del hombre. Describe la corrupción general difundida a todo el género humano, en medio de la cual las excepciones son notables; por ejemplo, Noé y su familia durante la época del diluvio (Gn 6.5; cf. Is 1.4; 13.11; Mt 7.23; Stg 3.6, etc.).
Particularmente, «maldad» designa la perversidad especial de toda una nación, como en Gn 15.16; Is 1.4; Os 13.12; o bien señala una acción individual moralmente repugnante, como la sodomía (Gn 19.5ss), el incesto (Lv 18.17) o la simonía (Hch 8.22). En la mayoría de los casos señala cualquier → transgresión contra Dios o los hombres, pero siempre implica mala voluntad. En ese sentido se asemeja mucho al concepto de → iniquidad.
De acuerdo con la particularidad del pensar hebreo, el concepto de maldad puede referirse o a una disposición interna del hombre, o a las acciones que resultan de esta. Por extensión, significa asimismo el castigo que el pecado amerita (Dt 5.9; 2 S 14.9).
El salmista reconoce que, a pesar de su fe en Dios su redentor, el pecado habita en él todavía como poder efectivo. Por tanto, pide a Dios que lo lave cada vez más de su maldad (51.2), y recuerda que Dios le ha perdonado en el pasado (32.5).
Pablo tilda de «huestes espirituales de maldad» (Ef 6.12) a los poderes espirituales que se oponen maliciosa y metódicamente a Dios y al evangelio de su amor en Cristo. Exhorta a los corintios a dejar atrás la maldad y a celebrar el amor de Cristo (1 Co 5.8).