Judea: Parte meridional de Palestina situada entre Samaria al norte y el desierto nabateo-árabe al sur. Corresponde en gran parte a la región que se asignó a la tribu de Judá (Josué 15) y a la del reino de → JUDÁ (922–587 a.C.).
Este nombre aparece por primera vez en Esdras 5.8 donde se refiere a una provincia persa (en efecto, una pequeña región alrededor de → JERUSALÉN) poblada por judíos que habían vuelto allí del cautiverio.
Bajo los → MACABEOS se independizó (ca. 164 a.C.) y terminada la expansión macabea, el reino de Judea incluía Samaria, Galilea, Idumea y Perea. Cuando los romanos pusieron a → HERODES como rey sobre estos territorios, lo nombraron rey de Judea (Lucas 1.5, → ARQUELAO; GOBERNADOR). En aquel entonces, las circunstancias políticas determinaban los límites de Judea, pero, propiamente dicha, esta era un área de solo unos 490 km2, de la que Jerusalén era la ciudad principal. En el tiempo de Jesús era una de las tres divisiones principales de Palestina: Judea, Samaria y Galilea (Juan 4.3s).
Judea es principalmente montañosa. Se divide en tres partes: la occidental, cubierta de colinas bajas, que se llama la → SEFELA; la central sembrada de altas montañas que alcanzan hasta 1020 m, y la oriental que es tierra desértica. Las vías internacionales de comercio desde antaño han evitado el área montañosa de Judea.
Solo los que tenían negocios en Jerusalén o en las aldeas circunvecinas subían los pocos caminos que llevaban al corazón de la provincia (→ PALESTINA).
Durante toda su historia la vida de Judea ha sido pastoril. El suelo pedregoso y poco profundo solo produce olivas, uvas e higos. Sin embargo, se cultivan algunos granos en los valles de la Sefela.