Con frecuencia hemos visto a un niño que anda contoneandose para lucir, ante quienes lo ven, su ropa nueva; y al tropezar y caer llora lo mas fuerte que puede al ver su vestido sucio por la tierra o por el lodo del piso.
De parecida manera, Dios ha puesto en ti muchas gracias, muchas cualidades o virtudes y te ha concedido muchos dones. Puede ser que al pensar en estas cosas te jactes por ellas y desdeñes a quienes no las tienen, como lo hicieron Roboam y Nabucodonosor al pensar en su respectiva grandeza, y como ellos cayeron así tambien tu? caigas.
Y puede ser que cuando este?s caído, en lugar de hacer alarde de lo que tenías y en lugar de jactarte por ello, te pongas a llorar como aquel niño imprudente: porque tu traje de muchos colores se ha ensuciado y se ha manchado en la caída.
Salmo 1; Salmo 49:6; Proverbios 2:14; Isai?as 24:8; Marcos 10:23-25; Lucas 12:19; Romanos 1:30; 3:23, 27; 11:18; 1 Corintios 5:6; 1Timoteo 6:17-19.
Cawday, adaptación.