Vuelvan la cruz al Gólgota, donde el dolor y la redención se entrelazan.
Vuelvan la cruz al Gólgota, porque no pertenece solo a los altares dorados ni a los templos silenciosos. La cruz es un símbolo de amor radical que grita en las calles, en las plazas donde se debate la justicia, en los rincones olvidados donde la humanidad sufre.
Si queremos seguir a Cristo, debemos llevarla de vuelta a donde Él la cargó: fuera de las murallas religiosas, entre los quebrantados y los excluidos.
Sencillamente deduzco que hay que levantar la cruz de nuevo
en el centro del mercado
tanto como en el campanario de la iglesia,
estoy recuperando la afirmación de que
Jesús no fue crucificado en una catedral
entre dos velas:
sino en una cruz entre dos ladrones;
en el basurero de la ciudad;
en el cruce de caminos de política tan cosmopolita
que tuvieron que escribir su título
en hebreo, y latín y griego …
y en la clase de lugar donde los descreídos sueltan palabrotas,
y los ladrones blasfeman, y los soldados apuestan.
Pero allí es donde Él murió,
y por eso es que Él murió.
y allí es donde los hombres de Cristo deben estar,
y de eso es de lo que deben preocuparse los de la iglesia.
—George Mac Leod, Focal Point, enero a marzo de 1981
