EBENEZER, Hasta aquí nos ayudó Jehová

Cada piedra a lo largo de la peregrinación debiera ser para nosotros un Ebenezer, y así será si hemos estado caminando en sus caminos.

«Tomo luego Samuel una piedra y… le puso por nombre Ebenezer, diciendo: Hasta aquí nos ayudó Jehová» (1 Samuel 7:12).

No hubo piedras Ebenezer levantadas por el hijo pródigo en el país lejano. Esta piedra levantada por Samuel tiene muchas lenguas. Habla de:

I. Redención.
«Hasta aquí.» El significado de esta palabra se extiende hasta el mismo Egipto, y abarca la gran liberación allí obrada. Nuestro Ebenezer alcanza hasta la Cruz de Cristo.

II. Preservación. «Hasta aquí nos ayudó.» Había habido muchos peligros y tentaciones desde Egipto hasta Canaán, pero el Señor los ayudó por todo el camino. Esto ha prometido hacer. ¡Qué aliento para el joven convertido, para el débil, y para el sometido a prueba!

III. Respuesta a la oración. Esta piedra fue erigida después que Samuel «clamó a Jehová por Israel, y Jehová… tronó aquel día con gran estruendo sobre los filisteos» (vv. 9, 10). Nuestro Ebenezer debe también llevar esta inscripción: «Clamé a Jehová, y Él me oyó, y me libró».

IV. Victoria. La victoria mencionada aquí tuvo lugar después que Samuel hubiera ofrecido «un cordero de leche» (v. 9). Fue la victoria por medio del Cordero. Siempre podemos triunfar por medio del poder del Cordero de Dios levantado en alto.

Aquel que fue levantado sobre el altar de la Cruz ha sido ahora levantado en la gloria del trono del Padre para dar dones a los hombres. Ellos vencieron por la sangre del Cordero.

V. Fidelidad divina. «Hasta aquí nos ayudó Jehová.» Al mirar hacia atrás podemos ver fácilmente presencia y mano activa de Dios en nuestro favor. Él ha demostrado ser fiel en todas sus promesas.

VII. Testimonio presente. El Señor que ayudó está ahora ayudando. «De ningún modo de desampararé ni te dejaré; de modo que podemos decir confiadamente: El Señor es mi ayudador, no temeré» (He. 13:5, 6).

VII. Aliento para el futuro. Este «hasta aquí» es la garantía del a partir de ahora. El Dios de nuestra ayuda en eras pasadas será nuestra esperanza para los años venideros.

Los inconversos no tienen Ebenezer en sus vidas, pero pueden tenerlo si ponen su confianza en aquella Piedra principal, probada, angular, preciosa, de cimiento estable (Is. 28:16).

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