Los cristianos deben conocer su posición en relación a la voluntad de Dios para vivir con propósito.
Así como los marineros, viajeros y comerciantes tienen a veces que examinar su posición, también los peregrinos hacia la eternidad debieran conocer su posición en relación con Dios.
La voluntad de Dios en cada área de tu vida
1. La voluntad de Dios es buena, agradable y perfecta
Romanos 12:2 nos enseña que la voluntad de Dios siempre busca nuestro bienestar. Aunque a veces no la entendamos, sus planes superan nuestros pensamientos y nos guían hacia lo mejor.
2. Conocer la voluntad de Dios requiere comunión con Él
A través de la oración, la lectura de la Palabra y la guía del Espíritu Santo, podemos discernir qué desea Dios para nuestras vidas. Sin una relación cercana con Él, es difícil comprender su dirección.
3. Aceptar la voluntad de Dios demanda humildad y fe
Jesús, en Getsemaní, nos dio el mayor ejemplo al decir: “No se haga mi voluntad, sino la tuya” (Lucas 22:42). Confiar en Dios implica rendir nuestras propias ideas y aceptar sus planes con fe.
I. Con respecto a la ira de Dios. ¿Estás huyendo de ella o permaneciendo en ella? (Is. 3:36). ¿En la Sodoma de condenación o en la Zoar de seguridad?
II. Con respecto al Hijo de Dios. ¿Le has recibido? (Isaías 1; 12), o te encuentras entre aquellos que claman «¡Fuera!» (Juan 19:15).
III. Con respecto al Espíritu de Dios. ¿Le has recibido desde que creíste, o sigues resistiéndole o contristándole? (Hechos 19:2).
IV. Con respecto a la Palabra de Dios. ¿Es tu delicia diaria, como miel en tu boca (Ezequiel 3:3), o es como el escrito en la pared contra ti? (Daniel 5:5).
V. Con respecto a los enemigos de Dios. ¿Tienes amistad con el mundo, estás encariñado con el pecado, y no estás resistiendo al diablo (Lucas 1:74), o eres enemigo de sus enemigos?
VI. Con respecto al servicio de Dios. ¿Eres colaborador juntamente con Él (2 Corintios 6:1), o estás ocioso en la viña?
VII. Con respecto a la segunda venida de Cristo. ¿Eres indiferente a ella, o te hace esta esperanza purificarte a ti mismo (1 Juan 3:3)? ¿Eres un burlador, o estás a la espera?