COMPLETOS EN CRISTO. Bosquejos Biblicos para Predicar Colosenses 2:9-15
I. Donde se halla esta plenitud. «Vosotros estáis completos en Él.» En Él en quien «habita corporalmente toda la plenitud de la deidad» (v. 9). Esta plenitud habita en Él para siempre, para que sus amados y amantes puedan ser completados y perfeccionados eternamente.
Él nos ha sido hecho por Dios a nosotros sabiduría y justicia, santificación y liberación (1 Co. 1:30). Ésta es parte de su plenitud, que todos hemos recibido, y «gracia sobre gracia» (Jn. 1:16).
En Cristo moramos en la tesorería de la gracia infinita, y con Él que es «la Cabeza de todo principado y potestad». En Él hay plenitud para satisfacer y poder para proteger, para conducir, para guardar, para fortalecer, para liberar y para hacer la vida abundantemente fructífera. «Y vosotros estáis completos en él.»
II. Cómo se alcanza esta plenitud. Sencillamente estando en Cristo. Pero, ¿qué se implica por esta experiencia? Se explica en las afirmaciones que siguen en los versículos 11-15.
1 SIENDO PERDONADOS. «Tras habernos concedido el perdón de todos los delitos» (v. 13). El perdón es nuestra primera necesidad, y el perdón de Dios es completo. Todos los delitos. Es contra Dios que hemos pecado, y la reconciliación tiene que comenzar mediante su acto de gracia al no imputarnos nuestros delitos (2 Co. 5:19).
2 SIÉNDONOS CANCELADO EL DOCUMENTO DE DEUDA EN CONTRA NUESTRA. Borrando el autógrafo que estaba contra nosotros, que nos era adverso, y quitándolo de en medio, clavándolo en la cruz. La ley era un documento en contra de nosotros, diciendo: «Haz esto y vivirás, desobedece esto y morirás ».
Pero este documento como la condición de vida ha quedado cancelado por Cristo clavándolo a su cruz, haciendo que forme parte de su cruz (v. 14). Ahora no estáis bajo la ley, sino en el reino de su gracia. Porque Él ha abolido en su carne «la ley de mandamientos», y por su Cruz ha matado las enemistades (Ef. 2:15, 16).
3 SIENDO SEPULTADOS CON ÉL. «Habiendo sido sepultados con él en el bautismo» (v. 12). No tenemos aquí un mero símbolo o figura de lenguaje, sino una experiencia profunda y espiritual. Por la fe somos bautizados en la muerte de Jesucristo (Ro. 6:3).
Ahora el «viejo hombre» tiene que ser echado fuera y dejado en el sepulcro (1 P. 3:21). Pablo hace referencia a esto cuando dice: «Con Cristo estoy juntamente crucificado». La Cruz debería ser para nosotros la muerte de la vida del yo.
4 SIENDO RESUCITADOS CON ÉL. «Fuisteis también resucitados con Él, mediante la fe en la fuerza activa de Dios» (v. 12). Habiéndonos identificado con su muerte, hemos sido vivificados juntamente con Él (v. 13) a la nueva vida de resurrección.
Habiendo sido plantados juntamente en la semejanza de su muerte, lo seremos también en la semejanza de su resurrección (Ro. 6:5). La vida cristiana, así, es una vida escondida con Cristo en Dios; una vida cuyo nacimiento es «de arriba»; una vida que es la vida eterna, porque Él nos ha hecho renacer de nuevo a una esperanza viva, por la resurrección de Jesucristo (1 P. 1:3).
Entonces, ¿qué es lo que el Señor demanda ahora de nosotros? Ciertamente que esto: «Presentaos vosotros mismos a Dios como vivos de entre los muertos» (Ro. 6:13). La vida que ahora vivimos en la carne nos ha sido dada por medio de Jesús; ríndela por tanto a Él en servicio agradecido.
5 TENIENDO NUESTROS ENEMIGOS VENCIDOS POR ÉL. «Despojando a los principados y a las potestades, los exhibió públicamente, triunfando sobre ellos en la cruz» (v. 15). Todo poder le ha sido dado, y Él es poderoso, y ha hecho a sus fieles seguidores más que vencedores por medio de su inagotable e inseparable amor (Ro. 8:37-39).
«Él se sacudió de Sí todos los hostiles príncipes y gobernantes, y los expuso abiertamente como sus conquistas, cuando mediante la Cruz Él triunfó sobre ellos.» En Cristo. «Mayor es Aquel que es por nosotros, que todos los que pueden ser contra nosotros.» «Vosotros estáis completos en Él.» «Gracias sean dadas a Dios, que nos da la victoria por medio de nuestro Señor Jesucristo.