LA TENTACIÓN. bosquejos biblicos para predicar de Mateo 4:1-11
La palabra «tentar» tiene dos diferentes significados, que vienen de dos diferentes fuentes: 1) Probar, como cuando Dios tentó a Abraham; 2) seducir, como cuando Satanás tentó a Cristo.
Las pruebas de Dios son todas para bien, las de Satanás siempre para mal. Concerniente a la tentación, obsérvese:
I. La oportunidad. Fue después de haberse abierto los cielos y de haber venido el Espíritu Santo (Mt. 3:16, 17).
Fue después que Pablo hubo sido arrebatado al tercer cielo que el mensajero de Satanás fue mandado para abofetearlo y probarlo. Nótese el orden:1). Reconocido por el Padre: «Éste es mi Hijo». 2). Ungido por el Espíritu. 3). Tentado por el diablo. Algunos saben poco de la tentación porque saben poco de la unción.
II. El lugar. El desierto. Adán fue tentado en el huerto, rodeado de toda comodidad externa. Cristo en el desierto solitario, entre las fieras. Todas las batallas de Cristo tuvieron que ser peleadas estando solo: solo en el desierto con el diablo; solo en el jardín con la copa de muerte; solo en la cruz. «Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado?» (Mt. 27:46). Las batallas del alma son todas solemnes.
III. El Tentado. Jesús, el Hijo de Dios. Esto demuestra cuán verdaderamente humano era Jesús. Dios no puede ser tentado. El fue tentado en «todo según nuestra semejanza» (He. 4:15).
Pero de la misma manera que los oídos musicales oyen más agudamente las discordancias dolorosas, tanto más Él, el puro y sin contaminación,
debe de haber sentido la fuerza de esta prueba. Cuanto más intensa es nuestra devoción a Dios, tanto más intensamente sentiremos el acercamiento del pecado.
IV. La naturaleza. Solo podía venir de afuera, porque Satanás no podía hallar nada en Él. Era triple:
1 A LA PROPIA SATISFACCIÓN. «Di que estas piedras se conviertan en pan.» La respuesta del Cristo hambriento demuestra que hay algo más precioso que el pan: la palabra de Dios. En ella hay vida eterna.
2 A LA PROPIA DESTRUCCIÓN. «Échate abajo». Las elevaciones del diablo son todas con miras a la propia destrucción. Antes de la caída es la altivez. Satanás busca destruir en cada cristiano su sentido del divino estado de hijo.
3 A LA PROPIA GLORIFICACIÓN. «Si me adorares». Te daré todo. Sugiere un modo fácil de poseer el reino de este mundo sin morir para ello. Cristo no estaba dispuesto a tomar un mundo no redimido. ¡Cuidado con los caminos fáciles del diablo!
V. El tentador. El diablo. Es una persona, una persona de gran poder.
¿Era suyo todo el mundo para darlo? ¿Por qué le llamó Cristo «el príncipe de este mundo»? (Jn. 12:31). ¿No es el dios de este mundo?
¿No yace todo el mundo en la falda del maligno? El mundo será de Cristo cuando Él venga otra vez.
VI. La batalla de la fe. El medio empleado en la lucha de Cristo, la palabra de Dios. «Escrito está.» El confiaba en Dios.
Como hombre tentado se apoyó en la promesa divina. ¿A qué otro lugar podemos ir? ¿Qué más necesitamos? Peleemos la buena batalla de la fe.
VII. La victoria. «El diablo le dejó; y vinieron ángeles y le servían.» su fe es recompensada con fortaleza del cielo. La posición del cristiano, como la de Cristo, está entre el amor de Dios y el odio del diablo. Mayor es aquel que está por nosotros.
«El pueblo asentado en tinieblas vio una gran luz; y a los que moraban en región y sombra de muerte, les ha amanecido una luz» (Mt. 4:16).