TENTACIONES
Bosquejo Bíblico para predicar de Santiago 1:2, 12-15
Después de una breve salutación, Santiago pasa directamente a lo que le ocupa. Comienza diciéndoles cómo han de considerar sus tentaciones.
I. Su naturaleza (13).
La tentación con que se trata aquí no es aquella prueba de carácter tan frecuente en otras partes de la Biblia (Gn. 22:1, etc.), sino la seducción a pecar.
II. Su origen (14).
No debemos atribuirla a quien no procede. Mientras que las pruebas del carácter proceden de Dios, las tentaciones al mal no provienen de Él, sino del maligno a través de nuestra propia naturaleza corrompida. «Cuando cayereis» (RV), no «cuando os hallareis» (v. 2).
III. Su forma.
«Multiformes» (Young) «Diversas tentaciones» (v. 2).
IV. Su estimación.
«Tened por sumo gozo», etc. (2). Generalmente tenemos por sumo gozo escapar a las tentaciones, al dolor o a las pérdidas. En lugar de ello, deberíamos considerar el tiempo de la prueba como una gloriosa oportunidad de probar nuestra fe.
V. Su propósito (3).
La razón de que hayamos de tenerlo por sumo gozo no es la prueba misma, sino su propósito. Dios hace de ella el instrumento de bendición. Es posible que la prueba obre impaciencia, pero Él dará gracia para que su verdadero propósito se cumpla.
VI. Su bienaventuranza.
El hombre que no escapa, sino que sobrevive a la tentación y la vence, es bienaventurado, y se hace felizmente consciente de la bendición del Señor (v. 12).