DEJA DE JUZGARTE Y EVALUARTE
Deja de juzgarte y evaluarte porque esto no te corresponde a ti. Sobre todo, deja de compararte con otras personas. Hacerlo produce sentimientos de orgullo o inferioridad; y, a veces, una mezcla de ambos. Yo guío a cada uno de mis hijos a lo largo del camino que está hecho a la medida de cada uno. Comparar no solo es un error sino que también es algo absurdo.
No busques aprobación en el sitio equivocado: tus propias evaluaciones o las de otras personas. La única fuente de verdadera afirmación es mi amor incondicional. Muchos creyentes me perciben como un juez desagradable buscando enojado sus faltas y fracasos.
Yo guío a cada uno de mis hijos a lo largo del camino que está hecho a la medida de cada uno.