Jesús Ayúdame
Mi rostro brilla sobre ti, radiando esa paz que nadie puede comprender. Te rodea un mar de problemas, pero yo soy tu paz y puedes mirarme cara a cara. Mientras lo hagas, estarás seguro.
Si te detienes demasiado tiempo a considerar tus problemas, te vas a hundir bajo el peso de esa carga. Pero si sientes que estás anegándote, solo di: «¡Ayúdame, Jesús!» y yo te alzaré.
Si te detienes demasiado tiempo a considerar tus problemas, te vas a hundir bajo el peso de esa carga.
Mientras más cerca vivas de mí, más seguro estarás. Las circunstancias que te rodean van y vienen y a la distancia podrán verse olas traicioneras. Fija tus ojos en mí, que nunca cambio. Para cuando las olas te alcancen, ya se habrán reducido al tamaño de mis designios.
Siempre estoy a tu lado ayudándote a enfrentarte a las olas del día de hoy. El futuro es un fantasma que trata de asustarte. ¡Ríete del futuro! Permanece cerca de mí.
FILIPENSES 4.7; MATEO 14.30; HEBREOS 12.2