Un Pueblo Obediente
Y procurad la paz de la ciudad a la cual os hice transportar, y rogad por ella a Jehová; porque en su paz tendréis vosotros paz. Jeremías 29:7
Dios manda que seamos ciudadanos modelos, respetuosos de la ley, obedientes y respetuosos hacia la autoridad gubernamental. Al observar nuestra relación con las personas que están sobre nosotros, las personas nunca nos deben caracterizar como agitadores, rebeldes o críticos insolentes.
El Señor espera que hablemos en contra del pecado, la injusticia, la inmoralidad y la impiedad con valentía y diligencia. Pero hay que hacerlo de una manera respetuosa de la ley, de acuerdo con las leyes civiles que los cuerpos legislativos y los funcionarios de gobierno han establecido para nosotros.
El Señor espera que hablemos en contra del pecado, la injusticia, la inmoralidad y la impiedad con valentía y diligencia
La iglesia debe ser una sociedad piadosa dentro de la más grande sociedad impía, viviendo en paz y que muestra buenas obras mediante las vidas transformadas de sus miembros. Solo de esa forma podremos verdaderamente influir en la sociedad y permitirle al Espíritu Santo llevar a las personas no convertidas al poder salvador de Dios.
«Sométase» en Romanos 13.1 es el término familiar en el griego del Nuevo Testamento hupotasso, que era sobre todo un término militar que denotaba a soldados clasificados bajo la autoridad absoluta de un oficial superior y sujetos a esa autoridad.
Pablo usó la expresión en el imperativo pasivo, lo que lo convierte en un mandato e indica que los creyentes de buena gana deben ponerse bajo la autoridad de todos los líderes del gobierno.
Advierta que el apóstol, bajo la inspiración del Espíritu Santo, da este mandato sin calificarlo o ponerle alguna condición. Debemos obedecer a toda autoridad civil, por muy inmoral, cruel, impía o incompetente que él o ella pudiera ser.
La obediencia civil fue también un principio del Antiguo Testamento. Incluso cuando los judíos fueron llevados cautivos a Babilonia, Dios les mandó que buscaran la paz y oraran por la ciudad (Jeremías 29:7).