Nehemías

Nehemías:
I. Preparación para reconstruir la muralla
A. Descubrimiento de la muralla derrumbada
Un bosquejo para el estudio y la enseñanza
B. Intercesión de Nehemías 1.4—2.8
1.1—2.20
1.1–3
C. Llegada de Nehemías a Jerusalén 2.9–11
D. Preparación para reconstruir la muralla

II. Reconstrucción de la muralla 3.1—7.73
A. Registro de los constructores 3.1–32 Primera parte: La reconstrucción de la muralla (1.1—7.73)
2.12–20
B. Oposición a la reconstrucción
C. Se termina la reconstrucción
D. Organización de Jerusalén
E. Registración de Jerusalén
4.1—6.14
6.15–19
7.1–4
7.5–73

I. Renovación del pacto 8.1—10.39 Segunda parte: La restauración del pueblo (8.1—13.31)
A. Interpretación de la Ley 8.1–18
B. Reafirmación del pacto 9.1—10.39

II. Obediencia al pacto 11.1—13.31
A. Restablecimiento del pueblo 11.1–36
B. Registro de los sacerdotes y los levitas 12.1–26
C. Dedicación de la muralla de Jerusalén 12.27–47
D. Restauración del pueblo 13.1–31

Autor y fecha:
Al aparecer originalmente en hebreo, Nehemías estaba conectado con los dos libros de Crónicas y Esdras. Todo era un solo libro (→ Crónicas, libros de; Esdras-Nehemías, libro de). Su propósito era mostrar cómo la bendición de Dios sostuvo a su pueblo al regresar de la cautividad.

La mayoría de los eruditos conservadores, sin embargo, creen que Nehemías escribió algo del material que aparece en el libro que lleva su nombre. Es la única explicación lógica a los capítulos 1–7 y 11–13, que están escritos en primera persona como un informe de Nehemías. Pero Esdras pudo bien haber tomado esto del diario personal de Nehemías.

Nehemías debe figurar en la lista de los grandes reformadores sociales. Al darse cuenta de las injusticias cometidas por los explotadores de los pobres, se enojó en gran manera (Neh 5.6) y reprendió severamente a los ricos. Convocó una asamblea (5.7) e hizo devolver a sus legítimos dueños las posesiones mal adquiridas (5.11, 12).

En todo esto, Nehemías actuó sin violencia y procuró convencer a unos y a otros por medio de explicaciones claras y súplicas sinceras (5.11). Además, fue un hombre sumamente desinteresado; renunció al salario que le correspondía como gobernante y jefe (5.14). Con frecuencia suspendía sus labores para dedicarse a la oración (1.5–112.44.4, 9, etc.).

En cuanto a la fecha en que se escribió, lo más probable es que fuera alrededor del año 445 a.C. (→ Esdras-Nehemías, libro de).

Marco histórico:
El libro de Nehemías se desarrolla en el importante período de la historia de Israel que siguió al regreso a Palestina en 538 a.C. tras setenta años de cautividad en Babilonia y Persia. Al principio había todo el entusiasmo del regreso y la posibilidad de restaurar parte del pasado y comenzar de nuevo. Pero el trabajo había sido arduo y lento, y las condiciones de vida no eran las mejores. Los enemigos a veces se aprovechaban de los aprietos que sobrevenían. Estas fueron las desesperadas circunstancias que movieron a Nehemías a regresar a Jerusalén para animar a sus compatriotas.

Aporte a la teología:
Nehemías es un ejemplo vivo de un líder valiente e ingenioso. A pesar de miles de dificultades, alentó al pueblo a ponerse a trabajar (2.18). Lo rápido que terminaron la reconstrucción de los muros ha sido una inspiración para los creyentes a través de los siglos que han tenido que emprender tareas de titanes para la gloria de Dios.

Nehemías también nos enseña que la oración es de vital importancia para los seguidores de Dios. En momentos de gran dificultad, Nehemías oró en busca de dirección divina (1.5–112.1–204.1–146.9–14), como debemos hacerlo nosotros cada vez que estemos frente a una decisión importante o una encrucijada.

Otros puntos importantes:
Los eruditos han debatido quién regresó primero a Jerusalén, si Nehemías o Esdras. Pero la Biblia dice claro que Esdras llegó como trece años antes que Nehemías. Esdras regresó a Jerusalén en el séptimo año del rey Artajerjes (Esd 7.8), mientras que Nehemías regresó en el vigésimo año de ese rey (Neh 2.1). El debate surge porque el relato del avivamiento que presidió Esdras aparece como los capítulos 8–10 de Nehemías.

Quizás hay una explicación simple. Se incluyó allí para enfatizar la verdad de que la reconstrucción de la Ley de Dios en el corazón del pueblo era aun más importante que reconstruir las paredes de piedra que rodeaban la capital judía.

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