Riñones: Con un sentido puramente anatómico hay muy pocas referencias a los riñones y estas se dan con relación a los animales utilizados para los sacrificios (Éxodo 21:11–13; Levítico 3:15, 16). Cuando se trata de establecer el asiento de las sensaciones y emociones, se piensa frecuentemente en el → corazón o en el → hígado. Por eso a este último se le señala en muchas ocasiones como el asiento de las funciones vitales o intelectuales, pero por sobre todo se le relaciona con la esfera emocional. Esta creencia era común entre los pueblos de la antigüedad.
A los riñones se atribuía una función preponderante: «Aun en la noche me enseñan mis riñones» (Salmos 16:7); «Pruébame, oh Jehová, sondéame; examina mis riñones y mi corazón» (Salmos 26:2); «Pues el Dios justo prueba los corazones y los riñones» (Salmos 7:9). Es de notarse que en la Reina Valera 1960 no aparece la palabra «riñones» en las citas arriba mencionadas. Los revisores optaron por parafrasear o interpretar la palabra hebrea en vez de traducirla.