Ur de los caldeos Antiquísima ciudad de Sumeria. Puede ser la «Ur de los caldeos», cuna de → Taré y Abraham (Gn 11.28, 31; 15.7; Neh 9.7), aunque esta quizás sea otra Ur en el norte de Mesopotamia.
Aun siendo así, la cultura de Ur de Sumeria habría influido fuertemente en el ambiente del que salió Abraham.
Se hallaba a orillas del Éufrates, a unos 260 km del golfo Pérsico. Una serie de excavaciones a partir de mediados del siglo XIX ha arrojado mucha luz sobre la historia, las costumbres y la religión de la ciudad.
La fundó antes del año 4000 a.C. una población de la que quedan pocos rastros y a la que los arqueólogos llaman «ubaidiana». Durante buena parte de su historia la gobernaron reyes hereditarios aunque es probable que tuvieran otra forma de gobierno al principio. Desde ca. 300 a.C. se encuentra deshabitada.
Ruinas de la antigua Ur en el río Éufrates en Mesopotamia, la ciudad de la cual emigró Abraham (Gn 11.31).
La época más importante para Ur fue la de la civilización sumeria (3100–2000 a.C.), durante la cual era puerto y centro de esta civilización.
El descubrimiento de las tumbas reales (2500 a.C.) por los arqueólogos revela riquezas asombrosas y una elevada cultura: piedras preciosas, adornos de oro (encontraron uno para la cabeza con una banda de oro que medía 8,5 m), armas y arpas adornadas con oro y plata, y grabados en oro.
Durante la tercera dinastía de Ur (2070–1960 a.C.) la población sobrepasó los quinientos mil habitantes. Su influencia se extendió por toda Mesopotamia y hasta el Líbano. En esta época se construyó el gran zigurat de Ur-Nammu (→ Babel; Abraham).
Los habitantes de Ur eran politeístas. Los principales dioses eran el agua, el cielo, la tierra y el aire. Estos cuatro crearon el universo, que consiste en una vasta expansión formada dentro de las aguas, separando las aguas que están sobre la expansión de las que están debajo de ella.
Dentro de este espacio está todo nuestro mundo. Los hombres se hicieron y colocaron aquí sencillamente para servir a los dioses a fin de que estos pudieran dedicarse por entero a los placeres divinos.
Es importante notar que la cultura de los habitantes de Ur en particular, y de Sumer en general, influyó en todo el antiguo Cercano Oriente. Por lo mismo se encuentran en el Antiguo Testamento muchos paralelos de costumbres culturales, concepciones acerca del mundo y figuras literarias.