Dios es Espíritu

Dios es Espíritu; y los que le adoran, en espíritu y en verdad es necesario que adoren.Juan 4:24

Jesús se encuentra con una mujer samaritana en el pozo de Jacob y ella le hace una pregunta: “nuestros padres adoraron en este monte y vosotros decís que en Jerusalén es el lugar donde se debe adorar” El Maestro está en Samaria y no en la Tierra Santa de Israel.

Los judíos no entraban en ese territorio porque consideraban herejes a los samaritanos. Pero Jesús no era discriminador, entró en Samaria y además se puso a conversar en el pozo con una mujer, lo que era algo escandaloso. ¿Cómo un rabí judío iba a entrar en tierra samaritana para hablar con herejes y con una mujer?

La samaritana le dice que sus ancestros adoraron en el monte Gerizim y los judíos dicen que Jerusalén es el lugar donde se debe adorar. Jesús respondió:

“Mujer, créeme, que la hora viene cuando ni en este monte ni en Jerusalén adoraréis al Padre. Vosotros adoráis lo que no sabéis; nosotros adoramos lo que sabemos; porque la salvación viene de los judíos.

Mas la hora viene, y ahora es, cuando los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad; porque también el Padre tales adoradores busca que le adoren.

Si analizamos esta frase, podemos dividirla las siguientes partes:

– Dios es Espíritu
– Quiénes son los que le adoran
– Adoramos en espíritu
– Adoramos en verdad
– Es necesario que adoremos

Desarrollemos cada una de esas partes y descubramos qué perlas nos entrega el Señor.

En primer lugar, declara que “Dios es Espíritu” y espíritu con mayúscula. Nosotros también somos espíritus, pero además somos mente y cuerpo. Principalmente vivimos en el cuerpo.

De hecho, una enfermedad, un dolor de cabeza o de pies, un agotamiento por demasiada actividad, todo eso lo recibimos en el cuerpo y nos causa malestar. Siempre queremos que nuestro cuerpo se satisfaga comiendo, respirando buen aire, gozando el sol en la playa, sintiendo la agüita fresca en la piel y tantas maneras de disfrutar con el cuerpo.

Pero la Palabra declaraDios es Espíritu” y nosotros, como seres creados por Dios a imagen y semejanza de Él, somos también espíritu. Somos tripartitos, porque tenemos cuerpo y también una mente para pensar, razonar, una mente incluso para fantasear e imaginarnos cosas, para crear.

Dios nos ha provisto de esta capacidad tan importante que es nuestra mente. Con ella podemos comprender la Palabra de Dios, memorizar lo que Jesús habló e hizo cuando estuvo en esta tierra; con nuestra mente podemos comprender el mensaje del Evangelio.

Pero además de cuerpo y mente, somos sobre todo espíritu. Lamentablemente lo que menos cultivamos es el espíritu y lo dejamos para el final. Muchas personas dedican toda su vida a pasarla bien, en fiestas, gozando, buscando los placeres de este mundo, el sexo, el dinero, etc. y cuando ya están al final, a punto de irse de esta tierra, se acuerdan de Dios, de la otra vida, de la salvación y del espíritu.

Y si nosotros somos tan corporales ¿Cómo podemos comunicarnos con Dios? No es con nuestro cuerpo, ni tanto con nuestra mente sino sobre todo con nuestro espíritu.

¿Está usted viviendo más centrado en el espíritu que en la mente y el cuerpo? ¿Cómo piensa desarrollar su vida espiritual? ¿De qué forma puede influir el espíritu en el cuerpo y la mente? ¿Por qué son importantes la oración y la reflexión en la Palabra de Dios para nuestro crecimiento espiritual?

Ivan Tapia