Aparta lo que Desmotiva Mensaje para Jovenes cristianos de Brian Tracy
Existen dos factores importantes en la vida y en el trabajo que desmotivan. Ambos comienzan en la primera infancia y se acarrean hasta la vida adulta. A menudo nos referimos a ellos como patrones de hábitos negativos o respuestas condicionadas a los estímulos.
El primero de esos factores que desmotivan es el miedo al fracaso. Por sí solo es el mayor obstáculo para el éxito y la consecución de los objetivos en la vida adulta.
Debido a las críticas destructivas en la infancia, los adultos crecen temerosos de cometer un error o fallar en su trabajo. Este miedo sirve como forma de parálisis y evita que la gente asuma riesgos, se ofrezcan voluntarios para nuevas responsabilidades o se entreguen de cualquier modo.
El miedo al fracaso crea razones o excusas para el bajo rendimiento continuamente.
Los gerentes excepcionales son aquellos que practican la aceptación incondicional
El segundo factor que desmotiva es el miedo al rechazo. Este obstáculo surge en la primera infancia cuando los padres practican el «amor condicional» con sus hijos. Hacen que su amor y su apoyo sean condicionales al rendimiento del niño bajo cierto alto estándar indeterminado.
El niño crece así hipersensible a las opiniones, los comentarios y las críticas de los demás, especialmente de los jefes en el lugar de trabajo.
Este miedo al rechazo también es miedo a la crítica, a la condenación o a la censura: el miedo de cometer un error y que hablen mal de ti por ello.
Los gerentes excepcionales son aquellos que practican la «aceptación incondicional» con cada empleado, provocando que todos ellos se sientan seguros y a salvo con sus jefes y en su trabajo.