El laberinto de la Vida
Eclesiastés 1.1–2
A pesar de los grandes avances científicos del siglo xx, en lo esencial, la vida continúa igual. Puede ser que el ‘estilo’ de vida haya cambiado (para muchos, pero no para todos), pero el ser humano aún nace con las mismas esperanzas, tensiones, problemas...
Volar en avión es una experiencia que nos ayuda a ver a la humanidad desde una perspectiva correcta. Desde ahí arriba, a miles de metros, los pueblos son pequeñas manchas, y las personas parecen apenas hormigas. Esas montan?as que vemos desde arriba han estado en el mismo lugar desde hace millones de an?os.
Ellas han visto nacer y morir generación tras generación de personas.
Los astrónomos hablan en términos de billones de años cuando describen a las estrellas, pero para nosotros, aun pensar en cien an?os es un esfuerzo enorme. “Unos nacen, otros mueren, pero la tierra jama?s cambia” (v. 4).
Bajo la fachada de la civilización actual, yacen las ruinas de otras ciudades, donde alguna vez corrían niños, y la gente vivía con preocupaciones muy parecidas a las nuestras. “Las cosas pasadas han caído en el olvido, y en el olvido caerán las cosas futuras...” (v. 11). ¿Quién sabe, por ejemplo, quién era su tatarabuelo?