ENTRENANDO PARA EL PROPÓSITO DE DIOS
Una reflexión de David Wilkerson basada en Filipenses 1:12
“Quiero que sepáis, hermanos, que las cosas que me han sucedido, han redundado más bien para el progreso del evangelio” (Filipenses 1:12). Pablo está diciendo a los cristianos en Filipos que no se preocupen por todas las cosas que él había soportado.
Curiosamente, Pablo escribió esta epístola mientras estaba atado en una prisión romana. En ese momento él era un guerrero experimentado del evangelio, habiendo soportado todas las dificultades imaginables. Si estudias la vida de Pablo, sabrás el tipo de cosas que él enfrentó: naufragios; golpes; burlas; hambre y sed; difamación de carácter. Y, lamentablemente, las peores aflicciones de Pablo llegaron por mano de aquellos que se llamaban a sí mismos creyentes nacidos de nuevo.
Algunos de los oponentes de Pablo eran líderes eclesiásticos envidiosos que voltearon a toda su congregación contra él. Ellos ridiculizaron su estilo de vida, se burlaron de su predicación, tergiversaron su mensaje y cuestionaron su autoridad. Donde quiera que Pablo fuera, parecía que se encontraba con problemas y tristezas.