Hay una frase que me gusta que hace que la vida se vuelva mucho mas significativa: “Hacer que las cosas pasen”. A veces transitamos por temporadas donde nada nuevo ocurre, y la razón es que, para que algo nuevo suceda debemos decidir que suceda.
Esto es tan fácil de comprender como sembrar una semilla si queremos que aparezca una planta. Jesús lo dijo muy simple: Mateo 7:7 Pidan y recibirán; busquen y hallarán; llamen y se le abrirá 8 Porque todo aquel que pide, recibe; y el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá.
Así es que debemos provocar lo que queremos que pase, Ninguna puerta va abrirse si no la golpeamos antes.
Esto es tan simple con asistir a una entrevista de trabajo si deseamos trabajar, o hablarle a alguien de amor si deseamos formalizar una relación, o ir a la universidad si queremos convertirnos en profesionales, o ser parte del ministerio de la iglesia si lo que deseamos es servir a Dios, etc.
Pero a veces solo somos meros espectadores de los triunfos de los demás, y nos olvidamos cosechar los propios, así que necesitamos cambiar eso.
Tomemos ejemplo de nuestro buen Dios que hizo el mundo, el universo, las galaxias, y todo lo que existe, lo imaginó, lo pensó, lo deseó y lo creó. Así que El crea lo que quiere crear y hace exactamente lo que quiere hacer. No hay nada que él desee que no vaya hacerlo. Y creo que nosotros deberíamos imitar el carácter emprendedor del Señor.