Les daré un corazón nuevo y pondré un espíritu nuevo dentro de ustedes.
- EZEQUIEL 36:26
¿Entendemos lo que es la gracia? Hablamos como si entendiésemos el término. La biblioteca nos da un periodo de gracia para pagar la multa por retraso. El político nada bueno cae de la gracia.
Usamos la palabra para hospitales, bebitas y oraciones por los alimentos. Ocupa educadamente una frase en un himno, encaja muy bien en el letrero de una iglesia. Nunca causa problemas ni demanda una respuesta.
Pero ¿es eso todo respecto a la gracia? ¿De qué se trata realmente?
Gracia es todo Jesús. La gracia vive porque Él vive, funciona porque Él funciona, e importa porque Él importa. Ser salvo por gracia es ser salvado por Él, no por una idea, regla o membresía de una iglesia, sino por Jesús mismo, que llevará al cielo a todo aquel que le acepte aunque sea asintiendo con su cabeza.
La gracia no es meramente una aplicación que se adquiere. Es una aventura que se vive.
No será, te advierto, como respuesta a un chasquido de los dedos, un canto religioso o un apretón de manos secreto. La gracia no será orquestada. Es como Jesús mismo: incontenible, indomable.
Como un descenso en kayak por aguas bravas que es emocionante y da miedo y gozo a la vez. La gracia no es meramente una aplicación que se adquiere. Es una aventura que se vive.
UN ÚLTIMO PENSAMIENTO
¿Estás viviendo la aventura de la gracia? ¿Te ha cambiado la gracia? ¿Fortalecido? ¿Ablandado? Si no, acude a Jesús y deja que te lave. Su gracia salvaje es justo lo que necesitas.
