La muerte en muchos casos es un temor recurrente en muchos jóvenes y en todas las personas en general. Se le conoce también por tanatofobia.
Algunas personas viven obsesionadas con esta idea. Otros se mantienen alejados y evitan mencionar el asunto. La primera actitud es morbosa. La segunda estúpida.
El hecho es que la muerte es una certeza. A menos que Jesucristo regrese primero, tú morirás en un momento preciso en el futuro. Tal vez sea dentro de mucho tiempo… o quizás sea más pronto de lo que piensas. Pero morirás.
Así que prepárate ahora. Porque tú no puedes vivir verdaderamente hasta tanto no estés listo parar morir.
“Pues ciertamente moriremos; somos como el agua derramada en tierra que no se vuelve a recoger”. (2 Samuel 14:14)
Pero cómo superar la ansiedad y la depresión a la propia muerte o a la de un ser querido?
Para los creyentes debe ser más sencillo, ya que básicamente, Jesús nos ha prometido vida eterna, hay vida más allá de esta vida que todos ya conocemos.
La espiritualidad es el mejor de los caminos, ya que nos enseña a ver con esperanza la misma muerte, ya que no la considera el final de todo sino el comienzo de algo nuevo
La espiritualidad es el mejor de los caminos, ya que nos enseña a ver con esperanza la misma muerte, ya que no la considera el final de todo sino el comienzo de algo nuevo, mucho mejor, donde no hay tristeza, ni angustias, ni lloro, ni ninguno de los males que padecemos en esta vida.
No obstante el temor recurrente a la muerte se debe, en muchos casos, a la falta de oración y comunión con Dios.
Está claro que Dios no quiere que sus hijos vivan obsesionados con la muerte, El es un proveedor de pasión y entusiasmo por la vida, el no solo da vida eterna, El da verdadera vida y verdadera plenitud aquí y ahora.
"... todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza, en esto pensad." Filipenses 4:8
Claramente podemos ver que pensar en la muerte no está en la lista sugerida por el Apóstol Pablo.
Y por último, vive la vida hoy. Aprende a vivir día a día. Muchos temen a la muerte porque viven imaginando su vejez, se imaginan con problemas de salud, se imaginan solos, etc. No vivas imaginando un futuro desalentador, aprender a vivir HOY.