
Porque un momento será su ira, Pero su favor dura toda la vida. Por la noche durará el lloro, Y a la mañana vendrá la alegría. (Salmos 30:5).
A menudo nos preguntamos: «¿Por qué en la vida humana se derrama tanta sangre y se vierten tantas lágrimas?». La respuesta se encuentra en la palabra producir, ya que estos «Porque esta leve tribulación momentánea produce en nosotros un cada vez más excelente y eterno peso de gloria» (2 Corintios 4:17) algo muy precioso.
Ellos nos enseñan no solo el camino de la victoria sino, mejor aún, la ley de la victoria, pues hay una recompensa por cada dolor, y es el dolor mismo el que produce la recompensa.
A veces, el gozo necesita nacer del dolor. Fanny Crosby fue una compositora de himnos estadounidense extraordinaria que vivió desde 1820 a 1915 y que escribió más de doscientos himnos.
Pero nunca habría podido escribir las hermosas palabras «Cara a cara espero verle» si no hubiese sido por el hecho de que nunca pudo ver los verdes campos, las puestas de sol y ni siquiera los ojos de su madre. Fue la pérdida de su visión la que la ayudó a tener ese extraordinario discernimiento espiritual.
Es reconfortante saber que el dolor se hace presente solo por la noche y luego se va por la mañana. Y una tormenta eléctrica es brevísima cuando se la compara con un largo día de verano. Recuerde: «Si por la noche hay llanto, por la mañana habrá gritos de alegría» (Salmos 30:5).