Cómo seguir la guía de Dios Mensajes para mujeres de joyce meyer.
Si ha decidido hacer lo que hace la Mano (Jesús), Romanos 8:1 (RVR 1960) dice que, como creyentes, somos “los que no andan conforme a la carne, sino conforme al Espíritu”. Una de las maneras en que usted puede saber si está siguiendo la carne (su propio plan) en lugar de al Espíritu (el plan de Dios) es que no tiene paz y está luchando. Si está pensando hacer algo, pero no tiene paz acerca de ello, simplemente no lo haga.
Por ejemplo: Usted está buscando empleo y la única oferta que le han hecho en su campo de conocimiento y experiencia está del otro lado del país. Pero si no ha orado al respecto, y usted está tomando esta decisión sin consultar a Dios, convenciéndose a sí mismo de que debe mudarse al otro lado del país porque este podría ser el único empleo que podría conseguir, usted podría estar preparándose para años de miseria.
Si nadie en su familia quiere mudarse y su decisión de ir está provocando contienda y conmoción, usted debería esperar y buscar a Dios para recibir una dirección más clara.
Este es el asunto: Si su mente está atribulada, usted no tiene paz y su decisión está provocando problemas, ¡no lo haga! Con mucha frecuencia tratamos de convencernos de algo por lo que no tenemos paz, y esa es una invitación abierta a los problemas.
Cuando no esté seguro de qué decisión tomar—cuando no esté seguro de estar siguiendo sus propios deseos o la dirección de Dios—busque al árbitro. ¡Deje que la paz tome la decisión!
En el ejemplo anterior, el razonamiento podría parecerse a algo como esto: “Bueno, realmente no me quiero mudar y mi familia está en contra de hacerlo, y el trabajo quizá no sea lo que estaba buscando, pero podría funcionar. Es la mejor oferta que he recibido.
Me estoy cansando de esperar”. Tenga cuidado con este tipo de razonamiento, y sin importar lo impaciente que se sienta, si no tiene paz acerca de mudarse, le irá mejor si espera hasta que Dios traiga una mejor oportunidad a su camino.
Sé que usted necesita proveer financieramente para usted mismo y para su familia, pero le iría mejor si tomara cualquier tipo de empleo localmente mientras espera el trabajo perfecto que mudarse al otro lado del país cuando no siente paz al respecto.
Permita que la paz sea el árbitro en su vida, y que decida de manera final cada pregunta que se levante en su mente (vea Colosenses 3:15).
Sin importar cual sea la situación, el mismo principio permanece siendo verdadero. Sea encontrar cónyuge, escoger una iglesia, decidir sobre una compra, establecer límites saludables en las relaciones… la lista podría seguir y seguir. Que su meta siempre sea seguir la sabiduría y la paz de Dios.
Cuando no esté seguro de qué decisión tomar—cuando no esté seguro de estar siguiendo sus propios deseos o la dirección de Dios—busque al árbitro. ¡Deje que la paz tome la decisión!
Aun y cuando haya decidido seguir la dirección de Dios en su vida, van a haber ocasiones en los que cometa errores.
No se desanime cuando eso suceda; ¡todo es parte del aprendizaje! Los discípulos cometieron errores cuando estaban siguiendo a Jesús. Nunca debe avergonzarse de retractarse de hacer algo que usted pensó que era Dios una vez que se da cuenta de que no lo era.
Usted puede simplemente decir: “Cometí un error”, y seguir adelante. He perdido el plan perfecto de Dios muchas veces, y usted también lo hará. De hecho, esa es una de las maneras en que aprendemos cómo escuchar correctamente a Dios. Algunas veces usted tendrá que ser valiente e intentar algo para saber si realmente era Dios o no.
Si ha hecho todo lo que puede para descubrir la voluntad de Dios en su situación y no tiene una dirección clara, entonces haga lo que está en su corazón y confíe en que Dios lo guiará en el camino. Con frecuencia digo que nadie puede conducir un coche estacionado, ni siquiera Dios.
Si tenemos la vida en punto muerto, quizá necesitemos echarla a andar y por lo menos avanzar en alguna dirección. ¡Con frecuencia solamente lo descubrimos cuando damos el paso!