El aumento o disminución de las temperaturas en las casas pueden afectar a las plantas y enfermarlas.
Expondremos sencillamente algunos de los síntomas más usuales que encontramos en la planta cuando empieza a enfermar, es importante que tomemos medidas lo antes posible para actuar directamente sobre la enfermedad antes de que sea irreversible.
Si observas que los tallos están podridos y van doblándose y cayendo, mira en la base de la planta, seguro que está mojada en exceso. En este caso no hay que regarla tan a menudo, espera a que se seque la tierra y entonces riégala de nuevo.
Las hojas pueden parecer quemadas, es posible que si está cerca de una ventana los rayos del sol que atraviesan el cristal quemen las hojas por el llamado efecto lupa. Retírala de inmediato de esa zona de forma que no le toque el sol a través del cristal.
A veces se observa en las plantas un deterioro general, están con un aspecto triste, sin fuerza. Un factor que puede influirles es que se hallen expuestas a una corriente de aire. Nunca las sitúes en zonas donde hay fuertes corrientes como pasillos o zonas de paso.
Algunas plantas adoptan una posición torcida y crecen con formas extrañas, observa si crecen hacia la luz, en ocasiones es debido a la falta de claridad. Muévela a un lugar que esté mejor iluminado.
Aumenta tus plantas a partir de las que ya tienes
Si se te ha roto una rama de una planta que tienes en casa o quieres podarla porque está demasiado grande, puedes obtener nuevas plantas a partir de ella. Las ramas cortadas deben tener unos 8 a 10 cm. de largo y dos o tres nudos de crecimiento, para asegurar el crecimiento de nuevas plantas, debes untar la zona del corte con hormonas para fomentar el crecimiento de raíces y después las metes en agua, de manera que ésta cubra la mitad de la rama. Al poco tiempo empezarán a salir pequeños brotes de la planta.
Puedes tener plantas muy bonitas e incluso hacer crecer árboles frutales de los huesos y las pepitas de las frutas que comemos. Por ejemplo con los huesos de ciruelas o nísperos, metidos en agua o bien enterrados en una maceta. Si los metes en agua, deberás pincharlos con palillos de madera de forma que éstos los sostengan sin que se hundan en el recipiente, pero de forma que el agua cubra la mitad del hueso. Cuando saquen raíces hay que trasplantarlos a una maceta con tierra.
Hay plantas que pueden reproducirse a partir de una hoja, es el caso de las violetas africanas. Si a tu planta se le cae una hoja puedes introducirla en agua y al sol, pronto sacará raíces y entonces es el momento de transplantarla a un recipiente con tierra.