La vida cristiana no es una vida simplemente rutinaria donde usted navega una cantidad de palabras y de conceptos teológicos y de enseñanzas mecánicas.
La vida cristiana es una vida que se navega con el poder del Espíritu Santo, con los dones que Dios provee para darnos victoria en todas las situaciones que podamos encontrar.
Y eso es en última instancia el propósito central de todas estas enseñanzas que hemos estado dando y compartiendo. Hemos hablado acerca del Espíritu Santo y el bautismo del Espíritu Santo, la necesidad de estar llenos del Espíritu Santo, la necesidad de no depender de la rutina, simplemente venir a la iglesia simplemente para que nos re inflen la goma que está un poco ya cansada por la semana y volvemos otra vez a.... No, la vida del cristiano es una vida que está alimentada por una fuente interior.
“... ríos de agua viva correrán de nuestro interior...”
Esa es la presencia del Espíritu Santo y nosotros tenemos que pedirle al Señor que nos bautice, que nos llene con su Espíritu Santo. Hermanos, yo les animo a cada uno de ustedes, desde el más nuevo hasta el más antiguo en el Evangelio que entienda eso, que tenemos que ir continuamente delante del Señor para que él nos bautice con su espíritu. Esa es una experiencia.
Hay un bautismo que es inicial, es un bautismo que abre la conexión con el Espíritu Santo y que nos lleno, pero después de eso tenemos que ir repetidamente para llenuras frescas del Espíritu Santo, continuamente.
La palabra del Señor dice, “.. Sed llenos del Espíritu Santo...” es decir, es algo continuo. Estad llenos del Espíritu Santo continuamente. Y una de las cosas que hace el Espíritu Santo es que nos provee dones específicamente. Dones quiere decir regalos, provisiones sobrenaturales para que nosotros podamos caminar la vida cristiana con éxito.
Y yo estuve predicando en las últimas intervenciones que hice basado en el Capítulo 12 de Primera de Corintios, donde el Apóstol Pablo habla de los diferentes dones o regalos, o provisiones de poder que recibe el hijo de Dios para las tareas que le han sido asignadas, que la iglesia ha recibido para llevar a cabo las tareas que Dios le ha entregado.
Primera de Corintios 12, versículo 7 dice: “... pero a cada uno, a cada uno le es dada la manifestación del espíritu...”
Recuerden eso siempre, a cada uno, no es a uno por acá, y a otro por allá, al más bonito, al más antiguo, al más consagrado. Yo creo que Dios le da a cada uno en potencial un don de su Espíritu Santo. Tu tienes un don en tu vida. Tu tienes una provisión de la gracia de Dios, tu tienes una manifestación del poder de Dios que puede ser usado para algo que Dios quiere hacer y para tu propio provecho también.
“.....A cada uno le es dada la manifestación del espíritu para ¿qué? para provecho....”
Yo voy a hablar un poquito más acerca de eso. Fíjese que ¿para qué son dadas las manifestaciones del espíritu de Dios? Para provecho. En otras palabras, para cualquier cosa que sea necesaria, para bendición de la persona, o para bendición de la iglesia, o para un propósito constructivo.
Usted ha oído por allí muchas veces gente decir que ya los dones no están en manifestación porque ya pasó el tiempo del primer siglo, antes de que fuera escrito el Nuevo Testamento, antes que el canon fuera cerrado y todas estas cosas. A esa doctrina se le llama cesacionismo, de que ya cesaron los dones. Y hay muchos evangélicos muy piadosos que aman mucho al Señor, que dicen que ya los dones no están en función porque ya no es necesario porque la necesidad de los dones era para cuando antes de que la iglesia terminara de escribir la Biblia, el Nuevo Testamento y el viejo que ya estaba escrito anteriormente.
Yo no veo eso. Aquí dice que los dones son dados para provecho, es decir, para bendición y esa necesidad de bendición nunca ha terminado, siempre necesitaremos algún tipo de provecho de parte de Dios. Amen. Así que los dones van a estar en función porque Dios los dio para provecho y para otras tareas y otros propósitos que vamos a ver más adelante.
Entonces dice “.... porque a éste le es dado por el espíritu palabra de sabiduría....”
Ya hablamos del don de sabiduría, yo digo que el don de sabiduría es una provisión y usted puede ver ese sermón y escucharlo, es una provisión para situaciones, es una provisión sobrenatural de conocimiento práctico, de sabiduría práctica para cualquier situación de la vida. Hablamos del sabio Salomón que recibió sabiduría para ciertas cosas.
Jesús, cuando le dicen, de quién es esta moneda, para meterlo en problemas, él dice, ‘bueno, ¿qué cara tiene la moneda?’ ‘Del César’, ‘bueno, pues entonces Denle al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios...” y de esa manera evadió muy sabiamente la trampa que le estaban metiendo.
Sabiduría, Dios tiene sabiduría para ti para navegar cualquier situación de la vida. El Apóstol Santiago dice, “si alguno tiene falta de sabiduría, pídala a Dios el cual da abundantemente y sin reproche...”
Nosotros podemos recibir una porción de sabiduría para una situación específica. Ahora, hay personas, yo creo, que Dios ha dotado con un don sobrenatural de sabiduría para dar consejo, para resolver situaciones. Esa persona camina en un don de sabiduría y esas personas han estado siempre a través de la iglesia, han sido gente muy dotada para bendecir a la iglesia, y reciben esa infusión de sabiduría práctica para ayudar a personas, para ayudar a la iglesia. Es un don especial.
Pero también se puede manifestar en tu vida en ciertas situaciones. Tu puedes recibir una palabra de sabiduría para una situación específica.
Palabra de ciencia o en el griego original es conocimiento, y yo he dicho, hay muchos diferentes.... vuelvo otra vez, vaya al sermón sobre el don de conocimiento. Para mi conocimiento, y para muchas otras personas que he leído, lo que más me convence, la interpretación más convincente es que es un don específicamente para situaciones .... es decir, puede ser conocimiento técnico, puede ser conocimiento administrativo, puede ser conocimiento como el que tenía, por ejemplo, Daniel, conocimiento de revelación, pero también conocimiento administrativo. Daniel tenía las dos cosas. El don que recibió José, yo creo que era un don de conocimiento para administrar las finanzas y la economía de Egipto. El don que recibió Neemías, era un don que yo creo que era de conocimiento para ayudar a Jerusalén a reconstruir sus muros y para manejar una situación muy difícil y cómo bregar con el rey y con todas las cosas.
El don que recibió Besaleel y Aholiab para diseñar el tabernáculo, Dios le dio dones de diseño, dones de colores, dones de telas, dones de artesanía, dones de diseño arquitectónico, me imagino, todos esos dones, conocimiento.... son personas que caminan...
Yo creo que también hay dones de conocimiento que se manifiestan en términos de gente que puede pensar en una forma teológicamente muy desarrollada, muy profunda. Todo esto es.... gnoseos es la palabra, de conocimiento.
En mi opinión eso es lo que quiere decir. Algunas personas creen que quiere decir, el don de conocimiento es que tu sabes algo que normalmente no es accesible a la mente humana, por ejemplo, cuando Pedro sabe que Ananías y Zafiras no han dado todo el dinero de la herencia que ellos han vendido, que ellos dicen que han dado. Eso también puede ser un don de conocimiento, pero es de nuevo, es una dotación de conocimiento específica sobre algo que no es normalmente accesible. Puede que también eso sea, ¿no?
Todo lo que tiene que ver con aprehensión sobrenatural de la realidad que nosotros vivimos, todo eso puede ser don de conocimiento.
Hablamos del don de fe, que es el don que para mí es el don central, sin ese don no se puede maniobrar, yo creo, en los otros dones. Ese don lo tenía Abraham cuando se lanzó a caminar porque Dios le dijo ‘vete de tu tierra y de tu parentela’.
Busque ahí en el Capítulo 11 de Hebreos, todos esos héroes de la fe. Y de paso, es interesante que ahí en el recuento de los héroes de la fe, gente, hombres y mujeres que tenían fe, hay dos tipos de gente allí. Hay unos cuya fe les deparó grandes victorias, abrieron el mar, resucitaron a sus muertos, le cerraron boca a leones, vencieron grandes ejércitos, derribaron gigantes como David, pero dice también que hubo otros que caminaron por el mundo vagando por la tierra, huyendo, siendo apedreados, sufriendo diferentes tipos... dice, de los cuales el mundo no era digno.
Recuerde algo, que la fe no es solamente.... una persona que tiene fe no es solamente una persona que siempre es victoriosa y que siempre descabeza demonios. A veces se necesita fe para creer que Dios es bueno aún en medio de las situaciones difíciles.
Job tenía una fe tremenda, porque aún cuando todo parecía negar el amor y la consistencia y la fidelidad de Dios en su vida, él persistía en creer que Dios era bueno y que tenía un propósito para él. Y por eso venció su fe y avergonzó al diablo y glorificó a Dios, y finalmente recibió bendición de Dios. Porque fe es un proceso. ¿Usted ve?
Es decir, hay mucho en el mundo carismático pentecostal tenemos la mala costumbre de solamente glorificar fe cuando se manifiesta en una forma positiva, luminosa, victoriosa, fácil, pero no entendemos muchas veces que también Dios escoge procesos dolorosos y oscuros para que también se manifieste la fe. Amen, ¿usted entiende? Es decir, que fe muchas veces, usted pararse firme, como dice el Libro de Efesios, “.... y habiendo pasado el día malo estar firmes....” como el soldado romano que se paraba en su puesto y aunque pasara lo que pasara, se mantenía en su posición, y le tiraban todas las flechas del enemigo, y cuando terminaba todo él estaba en el mismo lugar del principio, defendiendo su puesto.
Entonces eso es fe también. Y como digo, el mundo carismático pentecostal muchas veces no sabe manejar la complejidad de lo que es fe y por eso a veces somos tan superficiales y somos tan débiles inclusive, muchas veces para bregar con la complejidad de la vida del espíritu.
Entonces, tenemos dones de sabiduría, dones de ciencia, dones de fe, y ahora aquí en el versículo 9 se menciona otro don, dice:
“... a unos se les dio don de fe por el mismo espíritu, y a otro dones de sanidades carismáta y amaton....”
¿Cuántos se atreven a pronunciar eso? Carismato y amaton, que quiere decir, carismata, carisma es un regalo, carismata, dones, es el neutro, un género neutro plural, dones de sanidades.
Es decir, hay creyentes, hay personas, hay figuras en la vida de la iglesia que de nuevo se mueven en un don de sanidad. Tienen esa especialidad por así decirlo. Han recibido el don de sanidad. No quiere decir que todas las veces que oran por una persona, esa persona se sana porque yo no creo que hay tales cosas como dones perfectamente manifestados. Los dones son tan complejos que a veces hay situaciones que nosotros no entendemos por qué no se manifestó el don.
Yo hablaba esta semana con unos hermanos queridos de otra iglesia norteamericana. Los conozco hace muchos años y en su iglesia hay un hombre bello de Dios que tiene un cáncer terminal. Y este hombre ha recibido palabras, con estos dos hermanos míos, amigos frente de sanidad, de que Dios lo va a sanar, de ministerios muy poderosos aquí nacionalmente conocidos, sin embargo, él sigue decayendo, decayendo su situación.
Ahora, yo les digo a ellos, porque estas dos personas están aprendiendo a moverse en los dones ahora. Han salido de su mundo estrechamente evangélico y están entrando en el mundo más poderoso pentecostal carismático. Y yo les digo a ellos, ellos me preguntan, ‘bueno, ¿y por qué no se está sanando, y por qué si Dios quiere que se sane, y si ellos dijeron que se iba a sanar, por qué?’ Yo les digo, ‘hermanos, hay misterios que nosotros no podemos entender, quién sabe si Dios quiere que él se sane, pero hay otras cosas que se están dando, hay luchas, quizás hay cosas en él mismo, quizás hay controversias entre Dios y el diablo que se están tratando de resolver. Hay misterios que nosotros no entendemos’. Ah, pero entonces es que Dios puede desear algo y no darse.
Si Dios es soberano ¿por qué no se da lo que Dios quiere? Mire, ahí está cuando Jesús fue a su aldea nativa dice que él oró, pero solamente pudo sanar a algunos, porque había poca fe en el ambiente. Entonces, el Señor quería sanar pero no había fe. A veces es que no hay fe, a veces es que hay pecado, a veces es que hay otras cosas que tienen que resolverse primero antes de que se de la sanidad. Hay veces que Dios quiere obrar, como decíamos en el caso del rey Joás, Eliseo le dice, ‘golpea la tierra, toma un grupo de flecha en tu mano, golpea la tierra. Él solamente la golpea tres veces, y Eliseo le dice, si la hubieras golpeado, 4, 5 veces hubieras destruido a los sirios completamente hasta que no quedara ninguno. Dios quería darle victoria a ese rey de su enemigo más grande pero no había fe en él, y por eso no se dio.
Hay muchas razones por las cuales no se da sanidad a veces. Y nosotros vivimos en un mundo misterioso, pero hay personas que oran y tienen como un número mucho mayor estadísticamente de éxito en la sanidad. Yo creo que un Yiye Ávila, por ejemplo, nadie que tenga buena intención puede negar que ese hombre Dios lo ha usado grandemente a través de la historia para hacer grandes milagros en su vida.
Un jibarita puertorriqueño que yo creo que no sabe nada de gramática de Cervantina, pero es un hombre lleno del Espíritu Santo, un levantador de pesas, ex jugador de baseball pero que tiene un don de sanidad. Ahora, no quiere decir que todas las veces que él ora se sana la gente.
Benny Hinn yo creo que tiene un don muy poderoso de sanidad, con todos sus problemas y sus errores terribles, y todas sus cosas, yo se, por experiencia propia y gente que yo he visto que en ese hombre hay un poder de sanidad. Ahora, ¿qué pasa? Muchas veces nosotros complicamos las cosas y por nuestros propios defectos empobrecemos el don de Dios.
Yo creo que Dios quisiera que se manifestara su don de sanidad en formas muy, muy poderosas, pero nosotros mismos muchas veces ponemos obstáculos, y hay inmadurez en el pueblo de Dios, hay falta de fe y todas estas cosas impiden que los dones de sanidades que Dios quiere dar en la vida de sus hijos se manifiesten con la fluidez, la frecuencia y el poder y la magnitud en que él quiere que se manifiesten.
Por eso es que tenemos que pedirle, ‘Señor, ayuda a tu iglesia a cada día aumentar más y más su nivel de fe colectiva, porque yo creo que la fe colectiva del pueblo de Dios ayuda mucho. Cuando una iglesia como la nuestra puede seguir creciendo, porque aquí hay diferentes medidas de fe. Si yo miro alrededor, uno puede ver, hay diferentes medidas de fe. Algunas personas les da fe para atreverse a hacer muchas cosas en el espíritu, y atreverse a darle al Señor y entregarse al Señor y servir al. Hay otros que todavía están bien bajitos.
Yo creo que hay una medida neta de fe. Dios toma la fe de todos nosotros en nuestras vidas y hay una cobertura de fe que se establece sobre una congregación. Yo le pido al Señor, Padre, ayúdanos a cada día ir aumentando más y más nuestro nivel de fe colectiva como iglesia para que aquí se puedan dar los dones y las manifestaciones de tu poder que tu quieres que se den.
Por eso, hermanos, cada uno de nosotros es responsable de lo que se da. No entendemos eso muchas veces pero con nuestra vida, con nuestras acciones nosotros empobrecemos o enriquecemos el nivel de nuestra iglesia.
¿Qué eres tu? ¿Eres tu un arrastre o eres tu una bendición para tu iglesia? Amen. ¿Estás tu dando, estás tu cargando peso o eres tu peso? Esa una pregunta legítima, hermanos, no es que estoy de mal humor, yo desayuné bien esta mañana, se los aseguro. Pero es una realidad, yo no le hago ningún bien a mis hermanos si no les hago preguntas difíciles y diagnósticas.
¿Dónde estás tu en tu medida de caminar con el Señor para que tu iglesia tenga la cobertura que necesita para que se puedan dar las manifestaciones del poder de Dios que Dios quiere que se den? Eso es lo que Dios quiere hacer en toda Nueva Inglaterra. Nueva Inglaterra es una región de iglesias que están decaídas, muchas iglesias piadosas pero que niegan el poder de Dios y que creen que ya los dones son para otro tiempo y lo que les interesa es venir a un servicio de una hora y 10 minutos, y ay del pastor si se pasa de 20 minutos en su sermón. Me botarían a mi inmediatamente, hermanos.
Y entonces quieren y están pidiendo, avivamiento, Señor, que no vemos almas que se están salvando, que no vemos tu bendición.... Hey, si te tomaras el tiempo para clamar al Señor, si abrieras tu corazón a las manifestaciones de Dios, si le entregaras al Señor las llaves de tu templo, Dios podría entonces hacer algo, pero decimos, ‘Señor, si tu vas a hacer algo, hazlo dentro de la hora y diez minutos que te damos, y no te pases por favor porque tengo que ir a almorzar y tengo mi reservación en el restaurante y me la cancelan si te pasas de tiempo. ¿Cómo se va a manifestar el poder de Dios?
Yo creo que hay una fe colectiva que se crea cuando todo el pueblo de Dios entrelaza sus oraciones. Se crea como una red de poder y yo creo que la red que hay sobre esta región es una red de hilos finitos y débiles y hay cantidad de espacios que están abiertos completamente y por ahí se mete todo lo malo y se escapa todo lo bueno también. Y tenemos que pedirle, ‘Señor, levanta el nivel de fe de toda Nueva Inglaterra para que la sanidades que tu quieres que se den se puedan dar. Levanta el nivel de fe en nuestra vida. Haz tus obras en nuestra vida también para que lo que tu quieres hacer a través de mi vida y en mi situación, también se pueda dar porque todos nosotros Dios nos puede usar para que se hagan milagros y sanidades en nuestra vida también.
Tu no tienes que ser Benny Hinn o Yiye Ávila para que Dios te use también en sanidad en tu vida. Tu puedes orar por mucha gente y Dios puede hacer cosas poderosas también en tu vida. Dios quiere un pueblo que se pueda mover en el poder de la sanidad. Eso no ha terminado. La sanidad es importante porque no importa cuánto progresa la ciencia, siempre habrá necesidad de sanidades especiales que Dios haga. La ciencia todavía no ha podido sanar todos los cánceres que hay. La ciencia todavía no ha podido asegurarse de que toda mujer que es estéril pueda tener un bebé. La ciencia no ha encontrado una sanidad para el down síndrome, la retardación mental o para ciertas condiciones del corazón o neurológicas o lo que sea, y se necesitará el poder de Dios para llevar a cabo esas sanidades y Dios está necesitando y deseando pero no encuentra muchas veces esos vasos que él pueda usar para canalizar su poder aquí en la tierra.
Dice la palabra “... busqué alguien que hiciera brecha entre mi persona, mi condenación y el pueblo y que salvara al pueblo y no lo encontré,....”
Dios está buscando muchas veces formas de él entrar a la tierra y hacer lo que él quiere hacer pero no encuentra una iglesia preparada. No nos encuentra como tenemos que estar preparados. Muchas veces él tiene entonces que comenzar a prepararnos y él tiene que comenzar a cavar y a destruir y deshacer y a meter en el trapiche para que el hombre, la mujer de Dios pueda estar preparada para lo que Dios quiere hacer.
Eso es otra cosa, si tu quieres ser usado por Dios en obras sobrenaturales, hay un precio que pagar en tu propia vida. Dios va a tener que crucificarte, Dios va a tener que hacer cosas en tu vida, Dios va a tener que quebrantar todo lo que no es de él, porque al que mucho se le da, mucho se le pide. Y si queremos ser vasos usados por Dios tenemos que estar dispuestos a ser crucificados por Dios, tenemos que estar dispuestos a pagar el precio.
Hay mucha iglesia que quiere el poder de Dios pero no está dispuesta a abandonar su rutina, su preferencia, sus horarios, su teología y una cantidad de cosas, y entonces ellos dicen, no, no es así, yo primero tengo que preparar mi vaso, tengo que preparar mi vasija para que pueda manifestarse mi poder en él o en ella.
La sanidad, esos dones de sanidad que Dios quiere dar en nuestra vida, ¿cómo se manifiestan por ejemplo? Se manifiestan a veces en formas muy complejas. Miren, hay unos dones allí, sanidades y milagros. Dice, después de sanidades viene milagros, estos dos dones, en mi opinión muchas veces son muy difíciles de separar porque están a veces muy vinculados.
Ahora, yo diría que .... por ejemplo una manifestación clara de sanidad: cuando el Señor ora por ejemplo por un ciego de nacimiento y el Señor ora por ese ciego, hay una dificultad, pone la primera oración y el ciego ve, dice que ve como si fueran árboles los hombres. No ve claramente, pero después el Señor ora otra vez por él y se afirma el milagro, y entonces él puede ver claramente. Una intervención allí, sanidad sobre un cuerpo enfermizo.
Otro, el sordomudo, el Señor dice que le traen un sordomudo y él mete sus dedos en sus oídos y no se .... porque a veces los milagros son tantos que uno se confunde, pone la punta de .... pone saliva en su lengua y abre.... y dice, ‘se abierto’ y abre los oídos, ‘gime’ dice ‘y se abierto’, y los oídos del sordo son destapados y puede hablar porque hay una sanidad allí específica.
Eso es sanidad así, en su forma más clara, más pura. No hay más nada. Hay una intervención directa de Jesús, una petición o una orden, una palabra de autoridad y esa persona es sanada inmediatamente.
Ahora, fíjese lo compleja que es la sanidad. Hay ocasiones en que es más que eso. Por ejemplo, en el caso de la mujer que está encorvado durante muchos años de su vida, camina totalmente encorvada y el Señor ora por ella y hay espíritu allí que es reprendido. Y el Señor después dice, ‘esta mujer es hija de Abraham y ha estado oprimida por el diablo, creo que era 18 años o algo así’ Entonces había un espíritu allí. Hay un espíritu sordomudo también que el Señor reprende.
Muchas veces las sanidades o las enfermedades no son solamente de origen puramente físico. A veces se necesita.... poder para reprender un demonio. A veces las enfermedades tienen orígenes demoníacos. A veces puede ser algo puramente hormonal. Puede ser algo puramente físico y entonces en ese caso es una obra puramente de sanidad, pero en muchas ocasiones la enfermedad puede tener un origen demoníaco y entonces ahí hay una intervención también espiritual que hay que hacer para que se de la sanidad.
Y entonces muchas veces también tiene que intervenir el don también de conocimiento y podríamos decir, donde tiene que venir una revelación de Dios, de parte de la persona que va a intervenir para que también pueda orar para que el origen del mal físico se detecte y pueda ser neutralizado para que se de la sanidad.
Usted recuerda el caso del paralítico que bajan por el techo y el Señor dice, ‘hijo, tus pecados te son perdonados’. Y los fariseos que están alrededor se ofenden y dicen ‘bueno, pues ahora van a ver también, qué es más fácil, una cosa o la otra. Toma tu lecho y anda. Y entonces viene una sanidad física también. Había las dos cosas: en un caso el Señor sana a un enfermo y le dice, ‘vete y ten cuidado que no te venga algo peor, pórtate bien de aquí en adelante’, porque había un pecado quizás que estaba detrás de esa enfermedad.
Hay muchas cosas, hay muchos misterios, ¿no? pero se necesita gente que tenga el poder de Dios en su vida para poder canalizar la energía de Dios que quiere sanar a las personas. El Señor Jesucristo era la manifestación más elocuente de todas con respecto a la sanidad.
Mire, en el Capítulo 4 de Lucas, versículo 18, dice el Señor hablando de sí mismo, “... el espíritu del Señor está sobre mí, profecías de Isaías, por cuanto me ha ungido para dar buenas nuevas a los pobres, me ha enviado a sanar a los quebrantados de corazón, a pregonar libertad a los cautivos y vista a los ciegos, a poner en libertad a los oprimidos, a predicar el año agradable del Señor...”
Fíjese una cosa que el don de sanidad se puede manifestar en diferentes dimensiones. Dios puede sanar emocionalmente. Dios puede sanar físicamente, es más, yo creo que aquí hay una alusión, una referencia a que Dios puede sanar de opresión demoníaca también. Muchas veces como digo, la sanidad física está vinculada que cuestiones demoníacas, no siempre, pero muchas veces y el Señor dice, ‘Dios me ha ungido para sanar lo que sea, cualquier tipo de situación.’
El Señor tenía ese poder, estaba lleno del Espíritu Santo y nosotros tenemos que pedirle al Señor, ‘Padre, hazme también asimismo una manifestación de tu poder en todas las dimensiones que sea necesaria.
Hay otro pasaje que estoy buscando aquí donde también la sanidad se da, vemos cómo el Señor puede sanar cualquier tipo de enfermedad. Mire Mateo 4:23, dice,
“.... y recorrió Jesús toda Galilea enseñando en las sinagogas de ellos y predicando el Evangelio del Reino y sanando toda enfermedad y toda dolencia en el pueblo....”
Sanando toda enfermedad y toda dolencia en el pueblo. El Señor tenía poder para sanar cualquier enfermedad, cualquier dolencia que se le pudiera presentar.
“...Y se difundió su fama por toda Siria, y le trajeron todos los que tenían dolencias, los afligidos por diversas enfermedades y tormentos, los endemoniados, lunáticos y paralíticos, y los sanó....”
Saben hermanos lo que a mi me da ánimo es que el poder de Dios para sanar no conoce límites, no conoce barreras. Por eso es que yo les digo que nosotros tenemos que cultivar cada día más y más ese sentido de fe en nuestra vida, de que Dios puede intervenir, el Cristo que sanó toda enfermedad, toda dolencia, también puede intervenir en cualquier situación en mi vida o en la vida de alguien, por el cual yo ore.
Hay personas que dicen, bueno, yo voy a orar al Señor para que me sane de un dolor de cabeza porque para eso me tomo dos aspirinas. Bueno, mira, tómate las aspirinas y órale al Señor también para que te sane el dolor de cabeza, u ora primero y yo creo que uno debe siempre estar orando en cualquier situación, uno debe orar a tiempo y fuera de tiempo. Uno debe practicar el don de la sanidad. Uno debe practicar el hábito de orar siempre por personas que necesitan oración. Órales, bendíceles, pídele al Señor que obre en su vida porque eso es parte de lo que Dios quiere que tu hagas.
La sanidad es importante porque esa es una forma de manifestar la gracia, de fortalecer los reclamos de que Jesucristo es el Hijo de Dios, de ayudar a la iglesia en su actividad evangelística. Todas estas cosas están implicadas en las sanidades y los milagros que Dios quiere que su pueblo haga.
Si usted mira aquí en este pasaje que yo acabo de leer, usted ve que según el Señor va sanando... dice, “... predicando el Evangelio del Reino y sanando toda enfermedad....”
La iglesia necesita que los dones de sanidad se manifiesten para que el Reino de Dios pueda ser predicado con efectividad. Por eso es que no podemos decir, ah, los dones ya terminaron, porque todavía hay necesidad de que la predicación del Evangelio esté acompañada con sanidades que apertrechen y fortalezcan y respalden la validez, la legitimidad del Evangelio. Ese es uno de los propósitos de los dones, es mostrar que Jesús es quién él dice que él es. Y por eso es que nosotros no podemos conformarnos simplemente con una iglesia que se mueva en el plano natural, donde no hay....
Nosotros tenemos que seguir insistiendo, ‘Señor, danos esos dones, manifiesta esos dones en medio de nosotros’. Tenemos que estar siempre inquietos porque se necesita para que el Evangelio del Reino pueda continuar hacia delante.
¿Sabe, otra de las razones por las cuales se necesita el don de sanidad? Porque el don de sanidad es como un ataque directo contra el reino de las tinieblas. Aquí yo creo que no es coincidencia que dice que él estaba predicando el Evangelio del Reino. En las Escrituras, el concepto del Reino de Dios es un concepto de guerra. El Reino de Dios está avanzando contra el reino de las tinieblas y cuando se habla del Reino de Dios es como que es un ejército que está avanzando, es un poder conquistador que está avanzando. Y entonces los milagros sanadores de Dios son una expresión de que Dios es más poderoso que Satanás, que el Reino de la Luz es más poderoso que el reino de las tinieblas.
Entonces nosotros tenemos que siempre orar por sanidad y pedirle al Señor que nos dote de su poder, y ayunar y buscar el rostro del Señor para que los dones de sanidad se manifiesten en nuestra vida para que el Reino de Dios pueda avanzar y pueda conquistar. El don de sanidad es muy importante para el evangelismo para que pueda avanzar el Reino de Dios.
¿Qué pasa cuando el Señor sana toda enfermedad y toda dolencia? Dice que se difundió su fama por toda Siria. ¿Ve? Es como una tarjeta de representación. Una de las formas más poderosas de uno expresar la legitimidad del Reino de Dios es manifestando las obras sanadoras de Jesucristo. Y eso es una manera en que el Evangelio comienza a correr y Dios quiere todavía darle a la iglesia esa capacidad para hacerlo.
Miren en el versículo 25 de ese mismo pasaje dice, “... y les siguió mucha gente de Galilea, de Decápolis, de Jerusalén, de Judea y del otro lado del Jordán...”
Cuando hay esos dones de sanidad la gente enseguida afluye. Entonces la iglesia tiene que tomarlos, discipularlos, instruirlos, enseñarlos y fortalecerlos, porque el don de sanidad, el don de milagros, es simplemente un don como para agarrar la atención de la gente. Y es desgraciadamente muchas veces, las iglesias, de paso, se conforman solamente con eso, traer a la gente a la iglesia, porque hubo una manifestación, hubo un avivamiento pero entonces no los discipulan, no los consolidan, no los enseñan, y entonces lo que pasa es que hay cristianos simplemente superficiales, iglesias superficiales, donde hay mucho poder pero poca profundidad espiritual, poco conocimiento espiritual.
Hay que hacer las dos cosas. Los dones simplemente captan la atención de la gente pero después de eso hay que consolidar, hay que enseñar, hay que instruir, hay que crear cristianos maduros.
Déjenme darle otro ejemplo y me voy a limitar sobre todo al don de sanidad, y entonces el de milagros lo voy a dejar para más adelante para que quede claro cómo funcionan estos dones en concierto uno con el otro. Pero también cuáles son los propósitos de estos dones.
¿Ustedes recuerdan el caso de Naamán, el sirio, en el Antiguo Testamento en el ministerio de Eliseo? Naamán era un general tremendamente ilustre, un hombre con mucho prestigio. Había ganado muchas batallas y tenía gran prestigio ante el rey de Siria, pero tenía un problema serio: que era leproso. Y en el Antiguo Testamento y también en el Nuevo Testamento, una persona leprosa desgraciadamente era un paria, una persona marginada completamente. La lepra es una cosa terrible, es desagradable físicamente de ver, crea deformaciones en la piel y deformaciones a veces en las extremidades de la gente. Es un problema neurológico muy terrible con consecuencias bien serias. Y este gran hombre, un hombre de dignidad, un hombre de valor, un hombre de gran distinción era leproso. Y el rey de ese país, enemigo de Israel, envía al rey de Israel para que sane a este hombre porque sabía que en Israel había poder.
Pero desgraciadamente el rey de Israel no era un hombre que conocía el poder de Dios. Como hoy en día muchas veces la gente viene a nuestras iglesias, a veces la nuestra incluida y la gente viene buscando, ok, yo leí que hay poder, y que esto y que lo otro y escuché un mensaje en la televisión.... ¿y qué pasa? No encuentran las manifestaciones del poder de Dios que necesitan.
Y el rey de Israel se rasga su vestido, se queja ante Dios y Eliseo escucha de lo que está pasando y le envía una noticia al rey, le dice, ‘Rey, envíamelo a mí que yo voy a resolver tu situación’.
Que bueno es cuando el poder de Dios está en una persona. Que bueno cuando el don de sanidad, el don de milagros que estaban esos dones en el profeta Eliseo moviéndose está. Por eso es que la iglesia es el lugar, hermanos, donde la gente debe venir para recibir sanidad para sus situaciones. Y nosotros tenemos que decirle al Señor, ‘Padre, ten misericordia de nosotros porque estamos en afrenta y necesitamos que tu quites la vergüenza de sobre tu pueblo, porque nos traen a la gente y no hay manifestaciones como debiera haber de tus dones’.
Y viene Naamán a donde Eliseo y Eliseo proféticamente, fíjese ahí estaban varios dones funcionando en Eliseo. Estaba el don profético, estaba el don de milagros, y estaba el don de sanidad y también había un propósito evangelístico y había un propósito de guerra espiritual inclusive implicado en todo esto.
Porque, es decir, a veces en situaciones hay diferentes dones que se están moviendo y tienen que moverse en concierto el uno con el otro. Cuando Eliseo le dice a Naamán, ‘ve y lávate’, es más, ni se lo dice él directamente, sino que le manda su criado para que le diga que vaya al río Jordán y se lave 7 veces, y Naamán se molesta.
Fíjese, es más, yo creo que también el don de conocimiento y de revelación estaba funcionando en Eliseo porque Eliseo sabía que este hombre venía con mucho orgullo y con mucha demanda de que se le sanara porque él era el general tal y tal y había que hacerlo así. Y entonces Eliseo lo manda a humillarse, no lo recibe personalmente como debiera haber hecho y lo manda a lavarse en un río por allí, que es feísimo inclusivo, y por eso se molesta Naamán.
Es decir, cuando Dios quiere hacer algo, hermanos, Dios usa sus dones sobrenaturales. Yo creo que en este tiempo de la historia yo no veo ninguna otra manera, hermanos, de que la iglesia pueda romper el encierre que hay hoy en día en la sociedad. Hoy como nunca la iglesia necesita los dones del Espíritu Santo manifestándose, como nunca. Yo estoy claro en eso de que si la iglesia continua como está el mundo continuará yendo de mal en peor y alejándose más y más de Dios. Y yo creo que Dios quiere detener eso. Dios quiere darle su poder a la iglesia para poder bregar con gente como Naamán.
Dios estaba allí, inclusive bregando al nivel de naciones porque este hombre era directamente relacionado con el rey, era un poderoso representante de otra nación. Y Dios quería enviar un mensaje evangelístico también a esa nación. Y Dios quería mostrar que el Dios de Israel era el Dios verdadero, en vez del Dios de Siria.
Y todo eso está ahí implicado. Había guerra espiritual también. ¿Usted ve? En los dones hay muchos diferentes temas que se están manejando juntamente, por eso es que no podemos diferenciar, ah, este es el don de esto, este es el don de lo otro. Es el espíritu de Dios que es uno solo manifestándose en diferentes maneras, diferentes tuberías saliendo según la necesidad y a veces habrá necesidad de 3 ó 4 dones funcionando en concierto para que se de algo en ese momento y después otros más en otra situación. Pero es el mismo Espíritu Santo moviéndose en diferentes maneras, como dice el Apóstol Pablo.
Entonces, Eliseo manda al general para que vaya y se lave y ya lo está humillando, ya está trabajando con esa parte que el Espíritu Santo le ha dicho que este hombre necesita experimentar quebrantamiento, humillación. Y entonces está el don de milagros allí, porque él le dice, ‘cuando entres al río 7 veces...’
El río no tiene poder en sí, pero hay algo milagroso que ha sido soltado. Es una también de profecía, una palabra profética que él ha dado. Cuando tu hagas eso el río se va a convertir mágicamente en una fuente de sanidad para ti. Ahí está obrando el don de milagros y también está hablando la palabra profética, que cuando se pronuncia en el Espíritu Santo hace que el mundo se configure conforme a la palabra que dio el profeta. Es la palabra profética, es una palabra que desata, es una palabra que forma, es una palabra que crea, es una palabra que libera ciertas cosas. Esa es la profecía que después vamos a hablar acerca de ello también.
Y entonces todos esos dones expresándose allí y cuando Naamán obedece a lo que le dijeron, entonces regresa dice, ‘su piel perfectamente sanada’. Ahí está el don de sanidad manifestándose perfectamente también.
Y después, ¿y cuál es el propósito de todo eso? ¿Qué hace Naamán cuando regresa? Dice, ahora yo conozco que el Dios de Israel es el único Dios, porque los dones son dados, una de los propósitos más poderosos de los dones es para evangelizar, es para que la gente entienda.
Cómo vamos a entrar en la mente de gente en las universidades corrompida su mente con el intelecto humano, provistos de argumentos que pueden neutralizar cualquier argumento que la iglesia pueda ofrecerles verbalmente para decir que Jesucristo es el Hijo de Dios. Ellos ya tienen veinte mil argumentos que son poderosos, inclusive argumentos sobrenaturales, porque hoy en día también pueden creer en el poder de la mente al nivel más poderoso, pueden creer que son otras energías misteriosas, otras dimensiones de la naturaleza o lo que sea. El hombre moderno tiene argumentos para todo lo que nosotros le podamos disparar. Lo único que no pueden argumentar es cuando vean el poder de Dios manifestado en su vida, cuando tengan un problema de matrimonio, o cuando tengan una situación de enfermedad, o cuando tengan una enfermedad emocional y mental y por medio del poder de Dios experimenten el poder sanador de Dios en sus vidas, eso neutraliza toda la arrogancia habida y por haber. Porque el ser humano sigue siendo ser humano y cuando experimenta el poder de Dios en su vida tiene que bajar su cabeza, hermanos, a menos que no sea un perverso. Y si es un perverso debe entonces irse al infierno. Pero si es una persona normal va a reaccionar en una forma positiva y va a reconocer que Dios es Dios, por eso es que hay que pedir ‘Señor, ayúdanos, activa tu poder en nuestras vidas y ayúdanos a fluir más ymás en el poder sobrenatural que tu quieres que tengamos.
Cuando Naamán regresa es ya un corderito suavecito. No es el mismo hombre arrogante que entró a ver a Eliseo. Y dice, ahora yo reconozco que Dios es el único Dios de Israel y yo no voy a adorar a ningún otro Dios sino al Dios de Israel.
Los dioses de Siria quedaron humillados ese día. La guerra espiritual la ganó el Reino de Dios, hubo avance en el Reino de Dios en ese momento porque el poder sanador, el poder profético, el poder de milagros, el poder de discernimiento de espíritus inclusive, estuvo en manifestación.
Y nosotros decimos, ‘Señor, ayuda a tu pueblo’. Yo no me conformo, hermanos, con loq tenemos. No me conformo, ni usted debe conformarse tampoco. Debemos pedirle ‘Señor, queremos más poder, queremos más de tu gloria en nuestra vida, queremos más de tus dones de sanidad’.
Vamos a ponernos de pie, hermanos. Gloria al nombre del Señor. Gracias, hermana. Una persona por lo menos quiere un poquito más. Gracias, hermana. Amen y amen. Hermanos, que bueno es cuando uno escucha la palabra del Señor se le renueva el entendimiento de que de a qué hemos sido verdaderamente llamados. No hemos sido llamados a simplemente venir a una iglesia, cantar 3 himnitos ahí pasados por agua, y escuchar una palabra allí teórica, teológica y después irnos a nuestras casas exactamente como vinimos, con todas nuestras cargas, con toda nuestra impotencia, con toda nuestra depresión, con toda nuestra derrota, con todos nuestros problemas intactos. Eso no es lo que me dice la palabra de Dios.
Pablo dice que el Evangelio no consiste en palabras sino que es poder de Dios y Pablo le dice a los corintios, en Primera de Corintios Capítulo 2, dice “... cuando fui a vosotros no fui con excelencia de palabras, o con sabiduría humana, sino que me prometí no conocer nada sino a Cristo y a este crucificado y no vine con palabras para que vuestra fe no esté fundamentada en palabras sino en el poder de Dios. Vine con obras de poder...’
Hermanos, la iglesia de Jesucristo necesita ser alertada de que la vida cristiana es una vida de poder, tiene que ser una vida de poder, tiene que ser una vida de sanidades. Tiene que ser una vida de milagros, tiene que ser una vida de revelaciones, tiene que ser una vida de victoria sobre las crisis y los problemas de la vida. Tiene que ser una vida donde la fe venza al enemigo. Nuestra fe avergüence a Satanás, nuestra fe pueda apagar todos los dardos del diablo que él quiere lanzar en nuestra dirección. Esa es la vida cristiana, hermanos, esa es la vida que tenemos que pedirle al Señor que nos de cada día más y más.
Dios te llama a una vida de poder. Dios te llama a una vida de éxito. Dios te llama a una vida de victoria sobre el mal. Dios te llama a ser un conquistador. Dios te llama a ser un evangelista. Dios te llama a ser un sanador. Dios te llama a libertar a los cautivos del diablo. Dios te llama a libertar a los oprimidos de Satanás.
Eso lo tienes tu en tu vida. Renueva el llamado de Dios en tu vida ahora mismo. Renueva el llamado de Dios, recibe en el nombre de Jesús una dotación fresca del poder de Dios en esta mañana.
Di conmigo, Señor Jesús, yo declaro que soy un sanador, que tu me has llamado a libertar a los cautivos del diablo, que tu me has llamado a sanar a los oprimidos, a declarar el día de la buena voluntad de Jehová, que tu me has llamado a ser victorioso sobre toda artimaña del enemigo, y que tu me has dotado con poder para vencer en toda situación. Tu Evangelio consiste en poder y por medio del Espíritu Santo que mora dentro de mí y de tus promesas que son fieles y verdaderas, yo lo puedo todo en Cristo Jesús, que es mi fortalecedor. ¡Aleluya! Gloria al nombre del Señor. Gloria al nombre de Jesús. ¡Aleluya! ¡Aleluya! ¡Aleluya! Gloria al nombre del Señor.
Hermano, activa dentro de ti ese poder ahora mismo. Respira hondo y recibe esa dotación fresca del poder de Dios, recíbelo ahora en el nombre de Jesús. Aspira hondo y recibe nuevo poder, fresca unción de Dios, fresca unción de Dios, fresca unción de Dios. ¡Aleluya! porque tu eres un hombre, tu eres una mujer llamado a ser victorioso en el Espíritu Santo, llamado a vencer en toda situación, llamado a ser un conquistador de territorios para Cristo Jesús. No importa lo que el enemigo quiera dispararte, tu puedes sacarlo hacia fuera en el nombre de Jesús con poder, porque el Señor está contigo, el Señor te ha prometido.
Tu eres cabeza, tu no eres cola. Tu eres victorioso, no víctima, dice el Señor. Tu tienes poder, cualquier situación que tu estés pasando, pásala en el Señor y con el Señor. ¡Aleluya! Vence en el Señor. Envía el poder de Dios, la palabra, las promesas de Dios, sea financiera, sea de salud, sea familiar, sea emocional, sea espiritual, sea lo que sea en el nombre de Jesús, de trabajo, de vivienda, de documentación, el Señor está contigo. El Señor es tu guardador. El Señor es tu fortalecedor. El Señor es tu sanador.
Él es tu sanador y él te hace sanador de otros también. ¡Aleluya! Gracias, Señor, te adoramos. Te bendecimos. Declaramos que tu eres poderoso, Señor, tu eres fiel, tu eres nuestro sanador y tu nos haces sanadores. Gracias, Jesús.
Señor, derrama tu poder sanador sobre tu iglesia en esta mañana. Abre las ventanas de los cielos, Padre, adelgaza los aires encima de nosotros para que tu gloria pueda descender, Padre y que esta iglesia pueda ver tus obras de sanidad, Padre. No hay enfermedad que pueda resistir la palabra de autoridad de un hijo ungido tuyo, Señor, y nosotros queremos esa unción, pedimos esa unción en esta tarde, Padre, pedimos que una doble porción de tu espíritu, Padre se manifieste en la vida de tus hijos y en tu iglesia colectivamente.
Desata el don de sanidad, Señor. Desata el don de sanidad de tu pueblo en esta mañana, Padre. Recibimos, activamos, desarrollamos el don de Dios que está en nosotros Señor, lo ponemos a fluir, lo ponemos a funcionar y creemos que tu haces lo que tu has prometido en tu palabra, Señor. ¡Aleluya! Gracias, Jesús. Gracias, Jesús