¿QUIÉN ES JESÚS?
Por Billy Graham
El Hijo es el resplandor de la gloria de Dios, la fiel imagen de lo que él es. —HEBREOS 1.3, Nueva Versión Internacional
Un día andaba por un camino de tierra con uno de mis hijos, y por accidente le di una patada a la parte superior de un hormiguero. Naturalmente, las confundidas y aterradas hormigas salieron del hormiguero y comenzaron a trabajar furiosamente para defenderlo.
—¡Caramba, papi!—dijo mi hijo—. Les has trastornado su mundo.
—Sí, hijo, temo que sí—le contesté—, pero no fue mi intención. Ojalá pudiera decirles cuánto siento que les pisé la casa. Quisiera poder decirles que me importa, que no fue mi intención hacerlo, y que me gustaría ayudarlas a restaurarla de alguna manera. Pero no hay manera de comunicarme con ellas.
Mi hijo pensó por un momento.
—La única manera de hacerlo, papi, sería que te convirtieses en una hormiga.
¡Y eso es precisamente lo que hizo Dios! En una noche oscura en Judea, mientras las estrellas cantaban al unísono y los ángeles que lo acompañaban cantaban sus alabanzas, ¡Dios el Hijo voluntariamente desechó su manto celestial y se hizo hombre!
Pero no solo se convirtió en un hombre bueno o piadoso, no solo se convirtió en un gran maestro moral ni en un profeta elocuente, sino que de veras se convirtió en Dios mismo en un cuerpo humano. Como un escritor dijo: «Era Dios con piel». Era a la vez completamente hombre y completamente Dios. Se puede decir que se hizo una hormiga en el mundo de las hormigas.
La diferencia es que Dios no le dio una patada a nuestro hormiguero. Nosotros mismos destruimos nuestro mundo a través del pecado. Él solo vino a restaurarlo y a restaurarnos.
UN DIOS, TRES PERSONAS
La Biblia enseña que Dios es de verdad tres Personas. Esto es un misterio divino que jamás entenderemos completamente.
La Biblia no enseña que hay tres dioses distintos, sino que hay un solo Dios. Este solo Dios, sin embargo, se presenta o expresa a nosotros como tres Personas distintas. Él es Dios el Padre, Dios el Hijo y Dios el Espíritu Santo.
La Segunda Persona de esta Trinidad es Dios el Hijo, Jesucristo. Él es coigual con Dios el Padre. No es un hijo de Dios, sino el Hijo de Dios. Es el eterno Hijo de Dios: Dios manifestado en carne humana, el Salvador viviente.
Esto es lo que la Biblia dice de Jesús: «Él es la imagen del Dios invisible, el primogénito de toda creación. Porque en él fueron creadas todas las cosas, las que hay en los cielos y las que hay en la tierra, visibles e invisibles; sean tronos, sean dominios, sean principados, sean potestades; todo fue creado por medio de él y para él. Y él es antes de todas las cosas, y todas las cosas en él subsisten» (Colosenses 1.15-17).
Y Jesús dice de sí mismo: «El que me ha visto a mí, ha visto al Padre» (Juan 14.9). Él y solo Él tenía el poder y la capacidad de llevarnos de vuelta a Dios. Él tenía que ser el sustituto. Tenía que morir en el lugar de personas pecaminosas. Y todo esto tenía que hacerlo voluntariamente.
CÓMO VIVIÓ JESÚS
Aunque Jesús era completamente hombre, en todos los días de su vida terrenal jamás cometió un pecado. Es el único hombre que ha vivido sin cometer ningún pecado. Sus enemigos lo vigilaban de día y de noche, pero nunca hallaron pecado en Él.
Jesús vivió una vida humilde. No trató de crearse una reputación. No recibió ningún honor especial de las personas. Nació en un establo. Lo criaron en el insignificante pueblo de Nazaret. Fue un sencillo carpintero.
Y cuando comenzó su ministerio terrenal, juntó a su alrededor a un grupo de humildes pescadores como sus seguidores. Caminó entre nosotros como un hombre. Fue uno más.
Jesús vivió entre nosotros para que pudiéramos ver a Dios con nuestros ojos, tocar a Dios con nuestras manos, hablarle a Dios con nuestros labios, oír a Dios con nuestros oídos y vivir con Dios en nuestro mundo. Vino para que pudiéramos aprender a ser como Él, el Hijo de Dios.
Nosotros también podemos llegar a ser hijos de Dios. Jesús nos ha mostrado cómo vivir, amar, reír y ser aceptados en los ojos de su Padre, nuestro Padre. Y eso no es lo único que hizo por nosotros.