Buscar a Dios es una frase utilizada por los cristianos desde hace siglos. ¿Qué significa realmente? ¿Acaso Dios se nos perdió? ¿Se extravía en su dirección?
Cuando nos reunimos, ¿tenemos que llamar a Dios para que nos diga dónde estaba su presencia y descienda allí?
“Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas.” Mateo 6:33
La verdad es que buscar a Dios es más bien una expresión poética que se utiliza en la Biblia para referirse a una disposición del corazón humano hacia ciertas cosas.
En primer lugar: determina conocer y hacer su voluntad a través de su Palabra.
También implica un deseo profundo de conocer su voz y obedecer su voluntad. Aunque la búsqueda de Dios puede no ser fácil, será gratificante cuando lo encuentres, porque lo has buscado de todo corazón y no deseas nada más en el mundo.
Buscar a Dios no es simplemente una frase poética, sino una disposición del corazón que nos lleva a una relación íntima y comprometida con Dios.
Buscar a Dios implica ser resoluto y decidido en cuanto al rumbo que quieres seguir en tu vida, guiado por la voluntad de Dios.
Busca su favor y su presencia en todo lo que haces, y tener el deseo de agradarlo en todo. Sin embargo, a veces el deseo de agradar a Dios está motivado por el miedo a no complacerlo, en lugar del temor de equivocarse.
Es importante entender que la búsqueda de Dios no debe estar motivada por el temor, sino por el deseo de agradar al objeto de nuestro amor, que es Dios. Además, buscar a Dios implica procurar su ayuda como primera opción en momentos de crisis.
En lugar de buscar respuestas en horóscopos u otras fuentes, busca a Dios primero, orar, consulta su Palabra y busca consejo si es necesario. Dios debe tener la primera palabra en todas las situaciones de nuestra vida.