1 Reyes 18.1-16
Teme que Elías desaparezca, y que Acab crea que le ha mentido (12). Entonces el rey, en su ira, podría matarlo (14). Se niega a llevar el mensaje a no ser que Elías le prometa aguardar a Acab (15-16). ¡Pobre Abdías, que miedo tenía!
Pero este es un solo lado del cuadro. Este cobarde se había mantenido fiel al Señor, aun en la corte de la pagana Jezabel, adoradora del dios Baal (3-4). Y cuando ésta decidió matar a los profetas de Jehová, había sido el “cobarde” Abdías quien había ocultado y alimentado a cien de ellos.
Desde luego, la cobardía no tiene nada que ver con nuestros sentimientos. Lo que cuentan son los hechos. Las personas más valientes son las que sienten miedo pero no se dejan dominar por sus sentimientos.
Si nos preocupa la posibilidad de que seamos cobardes, recordemos - ¡lo que importan son los hechos, no los sentimientos!
Para pensar. A veces a los cristianos les resulta más fácil que otras personas vencer el miedo.
¿Por qué?
Oración. Con todo, Señor, elimina en nosotros una actitud triunfalista. Te confesamos que muchas veces tenemos miedo: miedo a la vida y a la muerte, a los fracasos, a la soledad, a los compromisos, a la familia, a la sociedad… ¡y tenemos miedo a tus exigencias Señor! ¿Qué podemos hacer? Gracias por reiterarnos hoy aquella vieja promesa: “Nunca te abandonaré”.