El Reino de Dios es una Semilla

El Reino comienza como algo tan pequeño como una semilla. Comienza con un solo hombre: Jesucristo. Pero con el tiempo da abundante fruto.

“… El reino de los cielos es semejante al grano de mostaza,” (San Mateo 13:31)

La Parábola de la Semilla de Mostaza nos enseña varios conceptos acerca del Reino de Dios. Cada vez que se predica el Evangelio a un alma sin Dios; en una ciudad inconversa, en un país incrédulo o en una cultura no cristiana, se está plantando una semilla.

Simboliza el poder de la Palabra de Dios en nuestras vidas, capaz de transformar corazones y extender Su Reino, brindando refugio y esperanza a quienes creen en Él.

Esta parábola nos muestra que la fe, aunque comience diminuta, puede desarrollarse y dar frutos abundantes. También nos recuerda que el plan de Dios, aunque parezca insignificante al principio, tiene un impacto inmenso en el tiempo perfecto.

La semilla tiene dentro de sí todo lo necesario para hacer crecer la vida del discípulo, desarrollarse, alimentarse, respirar, extenderse por la tierra y el aire, crecer, hasta llegar a multiplicarse.

Cuando usted recibió la Palabra de Dios, es probable que sólo una corta pero profunda frase tocara su corazón. Una sóla semilla de fe bastó para que germinara en usted el Reino.

¿Cómo puede ser que escuchar un texto bíblico genere tal cambio en la vida de una persona?

  1. Porque ese Texto es sagrado y tiene en sí el poder transformador de Dios;
  2. Porque la semilla del Reino es el Logos de Dios, es decir Su Palabra;
  3. Porque la semilla del Reino es el Rema de Dios, la Palabra Viva, cuando es pronunciada por un auténtico hijo de Dios que la vive.
Ivan Tapia