ENSANCHA TU CORAZÓN
"Nuestra boca se ha abierto a vosotros, oh corintios; nuestro corazón se ha ensanchado. No estáis estrechos en nosotros, pero sí sois estrechos en vuestro propio corazón. Pues, para corresponder del mismo modo (como a hijos hablo), ensanchaos también vosotros." 2 Corintios 6:11-13
Pablo fue el padre espiritual de la Iglesia de Corinto y como tal le escribe "como a hijos". Esta Iglesia nació del ministerio del Espíritu Santo a través del Apóstol y sus compañeros Silas y Timoteo en el segundo viaje misionero:
"Después de estas cosas, Pablo salió de Atenas y fue a Corinto. Y halló a un judío llamado Aquila, natural del Ponto, recién venido de Italia con Priscila su mujer, por cuanto Claudio había mandado que todos los judíos saliesen de Roma.
Fue a ellos, y como era del mismo oficio, se quedó con ellos, y trabajaban juntos, pues el oficio de ellos era hacer tiendas. Y discutía en la sinagoga todos los días de reposo, y persuadía a judíos y a griegos." (Hechos 18:1-4)
Durante un año y medio permanecieron Pablo y sus colaboradores con los corintios, les predicaron y se convirtieron al Evangelio, estableciéndose la Iglesia de Corinto.
Mas los corintios tienen todo tipo de problemas y su fe no crece. Pablo sufre por ellos pues los ama como a hijos. Abre su corazón a ellos para comprenderlos, acogerlos, perdonarlos, enseñarles, pastorearles y edificarlos como discípulos de Jesucristo. Su corazón se ensancha pero el de ellos se estrecha.
Están endurecidos y rebeldes, no se arrepienten, empecinados en sus posiciones, como tantas veces sucede hoy día en las familias y también en la Iglesia.
Eso es sólo orgullo y vanidad humana, mas el camino de regreso es muy sencillo: abajarse con humildad y reconocer el error, aceptar la autoridad del que es mayor en lo espiritual. Dios nos pide ensanchar el corazón así como Él, Padre misericordioso y comprensivo, ha ensanchado Su corazón dándonos Su amor.