Muchos hemos experimentado algún tipo de abandono. Pudo haber sido un cónyuge que se alejó, un compañero de trabajo que nos ignoró, o un amigo cercano que estaba demasiado ocupado para ayudarnos. La vida del apóstol Pablo nos enseña cómo evitar el desánimo en tales situaciones.
Recuerde que el Señor está siempre con nosotros. Cuando ponemos nuestra fe en Jesús como Salvador, comenzamos a relacionarnos de manera personal con Él, y su Espíritu viene a vivir en nosotros.
Por medio del Espíritu Santo, el Señor Jesús está con nosotros en todo momento, no importa la circunstancia. Él es nuestro amigo —uno que nunca nos dejará. Su amistad es la relación más importante que tenemos, y leer nuestra Biblia nos ayudará a jamas olvidarlo.