Hechos 12.12-25
Si a Pedro le costó entender su liberación esa noche (9-11), le fue más difícil aún convencer a la iglesia del mismo hecho (13-16).
¡Cuán torpes somos! Más adelante Pablo escribiría en una carta que “Dios tiene poder para hacer muchísimo más de lo que nosotros pedimos o siquiera pensamos” (Efesios 3.20).
Pero creo que esa reunión terminó con grandes alabanzas. Juan Marcos quedaría muy impresionado (12-25).
Lo sobrenatural no se entiende (17-19). Por lo menos la iglesia sabía muy bien a quién atribuir la liberación de Pedro, pero Herodes tenía callos en la mente debido a su ignorancia de Dios, de Jesucristo y del poder del Espíritu Santo.
No es extraño que se haya portado como un tipo déspota. Ya no se preocupaba por la justicia ni por la injusticia. Espiritualmente era un cadáver con el titulo de gobernador.
El hombre no es dueño de su destino (20-23). Herodes Agripa I murió en el año 44, a la edad de 54 años, herido por un ángel del Señor mientras que Pedro murió unos 20 años más tarde. Dios no se limita a ser soberano sólo de la iglesia; es Rey de todo, juez de todos.
No dar la gloria a él es endiosar al hombre, y Dios no puede tolerar esto en un gobernante. ¡Qué terribles consecuencias la de olvidar que somos criaturas y no dioses! ¿Pero hasta que punto hemos elevado a ciertos hombres – dirigentes, cantantes y otros – a la categoría de dios?
Lo que no pasará (24-25). La palabra del Señor, creadora, vivificadora, eternamente verdadera, es la que permanece y crece. Estar al servicio de esa palabra es vivir.
Para pensar. La única interpretación completa de la historia es la cristiana.
Oración. Soberano Señor nuestro, te adoramos porque toda la historia obedece a tus propósitos. Da a nuestros gobernantes el verdadero temor a ti, y a nosotros, tu pueblo, que no demos la gloria a ningún otro.