No temamos, Jesús está con Nosotros
Fue oído a causa de su temor reverente (Hebreos 5:7)
¿Se originó este temor en la infernal sugestión de que Jesús estaba completamente abandonado? Puede haber pruebas más severas que ésta; pero, sin duda alguna, estar completamente abandonado es una de las peores. «¡Mira, dice Satán, no tienes amigo en ninguna parte! Tu padre cerró las entrañas de su compasión contra ti.
Todo el cielo se te presenta ajeno; te deja solo. Mira a los compañeros con quienes comunicabas dulcemente los secretos, ¿qué hacen por ti? Hijo de María, mira allí a tu hermano Jacobo, a tu amado discípulo Juan y a tu intrépido apóstol Pedro, cómo, los cobardes, duermen cuando tú estás en tus sufrimientos! ¡Mira, no tienes amigo ni en el cielo ni en la tierra! Todo el infierno está contra ti.
Yo he movilizado toda mi guarida infernal. He enviado mis órdenes a todas las regiones exhortando a todos los príncipes de las tinieblas que te ataquen esta noche; no escatimaremos ninguna flecha; emplearemos todo nuestro poderío infernal para derrotarte. ¿Y qué harás tú, estando tan solo? ».
Es muy probable que ésta fuera la tentación. Nosotros pensamos que sí, pues la aparición de un ángel, fortaleciéndolo, le quitó el temor. Fue oído por su reverencial miedo. Ya no estaba más solo, sino que el cielo estaba con Él. Hart dice: «Fue tres veces a sus discípulos como si buscase alguna ayuda del hombre ».
Quería ver con sus propios ojos si realmente lo habían abandonado, pero quizás se sintió algo consolado pensando que se habían dormido, no por traición, sino de angustia. «El espíritu a la verdad está presto, mas la carne enferma. » De todos modos fue oído por su reverencial miedo. Jesús fue oído en su más profunda angustia; alma mía, tú también serás oída.