Ore y Escuche
Hazme oir por la mañana tu misericordia, Porque en ti he confiado; Hazme saber el camino por donde ande, Porque a ti he elevado mi alma.
SALMO 143:8
Necesitamos orar y luego detenernos y escuchar. Algunas veces podemos oír a Dios como una voz tranquila y suave que surge desde lo profundo de nuestro corazón. Muchas veces Dios hablará a través de nuestro testigo interno de manera que “sólo sabemos” la verdad y ésta nos hará libres. De pronto sabremos lo que deberíamos o no deberíamos hacer.
El rey David tiene mucho que decir acerca de buscar a Dios temprano. Él oraba por la mañana y luego observaba y esperaba a que Dios hablara a su corazón. Me gusta saber que Dios está escuchando nuestras oraciones. A Él también le gusta que nosotros escuchemos Sus respuestas.