Según alguno, la homosexualidad es un estilo de vida alternativo, según otros podemos mirar escenas eróticas en nuestros televisores porque somos personas maduras.
Para algunos padres sus hijos adolescentes pueden hacer lo que quieren porque deben tener libertad para tomar sus propias decisiones, para otros las relaciones sexuales prematrimoniales son aceptadas.
¿Qué está bien o mal ?, según algunos no se puede saber. Depende de quien lo diga.
Para la posmodernidad todo es relativo. No hay una verdad absoluta. Según el famoso teólogo José María Mardones la posmodernidad se caracteriza por los conocimientos débiles, tentativos, prurales.
La verdad es aquella que nos conviene, o la que nos transmiten los medios de comunicación.
La consecuencia de todo esto es el ocultamiento de la realidad. Se rechaza la diferencia entre lo bueno y lo malo. En el fondo todo da lo mismo.
Como cristianos podemos reaccionar de tres maneras diferentes frente a esta realidad:
·Indiferencia: podemos decir que cada uno haga su vida. Podemos pensar sólo en nuestra persona, nuestra familia, trabajo o iglesia. Vivimos nuestra vida cristiana encerrados en nosotros mismos, lo que pasa alrededor no nos interesa.
·Entrando en la corriente: “participamos de las obras de las tinieblas”. El mal se mete en nuestras vidas. Somos cristianos pero “participamos” de ciertas conversaciones, miramos lo que no debemos, nuestros pensamientos no son puros.
·Luchando contra la corriente: no nos limitamos a criticar y a decir que mal que está el mundo. En el lugar donde estamos tratamos de mostrar que hay valores de vida distintos, nos jugamos por la causa de Cristo, tratamos de ser personas de influencia positiva en otros.
Frente a esta realidad tan difícil que nos toca vivir, tenemos que ser personas que vayan contra la corriente. No te dejes arrastrar por el vendaval de estas ideas posmodernas.
Sé un cristiano íntegro, confiable. Sé un instrumento para sanar una tierra que cada vez está mas enferma.