“Grandes cosas de Juan 3:16” nos revelan el corazón amoroso de Dios hacia la humanidad. Juan 3:16 es un versículo que encapsula el corazón mismo del evangelio cristiano.
Juan 3:16 nos muestran el plan perfecto de Dios para nuestra salvación. Este versículo no solo habla de un amor incomparable, sino que también nos ofrece una esperanza eterna. A través del regalo de Su Hijo, Jesús, Dios nos invita a creer y recibir la vida eterna.
“Porque tanto amó Dios al mundo, que dio a su Hijo unigénito, para que todo el que cree en él no se pierda, sino que tenga vida eterna.“ Juan 3:16
- Un gran Dios: Este versículo nos recuerda que nuestro Dios es grande y soberano sobre toda la creación (2 Crónicas 2:5; Salmo 86:10). Él es el Creador del universo y el Señor de nuestras vidas.
- Un gran amor: El amor de Dios es incomparable y sin límites. Como se nos dice en las Escrituras, Dios es amor (1 Juan 4:8, 16; Romanos 5:8). Este amor nos fue demostrado de la manera más sublime a través del sacrificio de Jesucristo en la cruz.
- Una gran compañía: Dios no desea que nadie perezca, sino que todos vengan al arrepentimiento y la salvación (1 Juan 2:2; Juan 3:17). Él nos ofrece su compañía y redención, invitándonos a unirnos a su familia de fe.
- Un gran don: La gracia de Dios es un regalo inmerecido que nos ofrece salvación y vida eterna (2 Corintios 9:15). Es un don que no podemos ganar por nuestras propias obras, sino que recibimos por fe en Cristo Jesús.
- Un gran Salvador: Jesucristo es el único camino para la salvación y la reconciliación con Dios (Mateo 1:21; Hechos 4:12). Él es nuestro Salvador y Señor, quien dio su vida por nosotros para que pudiéramos ser salvos.
- Una gran invitación: La oferta de salvación se extiende a todas las personas, sin excepción (Apocalipsis 22:17). La invitación de Dios es para todo aquel que quiera venir a Él y recibir el perdón y la vida eterna.
- Una gran seguridad: Aquellos que creen en Jesucristo como su Salvador tienen la seguridad de la salvación y la vida eterna (Romanos 10:9, 10). La fe en Cristo nos asegura el perdón de nuestros pecados y la reconciliación con Dios.
- Una gran liberación: Jesucristo es la única manera de escapar del poder del pecado y la condenación eterna (Juan 14:6). Él nos libera de la esclavitud del pecado y nos lleva a la libertad y la vida abundante en Él.
- Una gran recompensa: La vida eterna en la presencia de Dios es la mayor recompensa que podemos recibir (Salmo 23:6; Juan 5:24). Es una vida de gozo, paz y comunión eterna con nuestro Creador y Salvador.
Juan 3:16 nos presenta un panorama completo del plan redentor de Dios para la humanidad, revelando su amor, gracia y salvación a través de Jesucristo.
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