AYUDAS PARA LA VIDA DE ORACIÓN. Bosquejos Biblicos para Predicar 1 Pedro 4:7
La cuestión de la oración es de la máxima importancia. La oración es la primera evidencia de la nueva vida («mira, está orando», Hch. 9:11); es una condición elemental de la plenitud del Espíritu Santo (Lc. 3:21 y 22).
Una de las primeras condiciones para oír la Voz de Dios es cerrar la puerta (Mt. 6:6, ejemplificado en Jn. 20:19-23), y para el éxito en la obra cristiana. Véase qué sucedió cuando Eliseo cerró la puerta (2 R. 4:33.).
Naturalmente, hemos de obrar además de orar.
1. Una nave se encontró de súbito azotada por un temporal. El tumulto del viento y de las olas se hizo tanto más terrible debido a los destellos de los relámpagos y el rugir del trueno. El capitán dio órdenes, y todos menos un hombre se precipitaron a sus varios puestos. Este, vencido por el terror, se puso de rodillas sobre la cubierta, orando por misericordia y liberación. Al ver al hombre de rodillas, el capitán fue corriendo a él, le dio una buena sacudida, y le gritó: «Di tus oraciones durante el buen tiempo».
2. Dos ministros escoceses estaban una vez atravesando un lago en las tierras altas de Escocia. Era un transbordador, y la embarcación estaba llena de pasajeros. De repente estalló una tormenta, como sucede con frecuencia en estos lugares montañosos. Parecía haber peligro. Uno de los pasajeros exclamó: «¡Que los ministros oren, o nos ahogaremos!» «¡Ni hablar!», dijo el botero: «El chiquito que ore, pero el fornido que tome un remo y que reme mientras ora».
I. Dominio propio. «Sed pues sensatos, y manteneos sobrios para la oración.» En la BAS: «Sed pues prudentes y de espíritu sobrio para la oración». Que haya un noble autocontrol con respecto a todos los apetitos legítimos.
II. Sobriedad en el pensamiento. «Firmes entonces, manteneos fríos y orad» es como Moffatt traduce el versículo 7. El pensamiento de la inminencia de la Venida del Señor no debería llevar a un superficial entusiasmo y descuido de los deberes comunes, sino a la sobriedad en nuestros pensamientos. Rotherham da «de sana mente» en lugar de sobrio. Esto sugiere salud, una mente sana. La vida ha de ser disciplinada mediante la racionalidad y la reflexión. Debemos evitar el pánico y la excitación.
III. Vigilancia. «Sed pues… vigilantes en las oraciones» (V.M.). Obsérvese la asociación en otros pasajes entre la vigilancia y la Venida del Señor (Mt. 24:44; 25:13), y también con la oración (Mt. 26:41; Ef. 6:18; Col. 4:2).