COSAS QUE DEBIÉRAMOS SABER. Bosquejos Biblicos para Predicar 1 Corintios 6
En este tiempo, la Iglesia en Corinto era inestable en su doctrina, y facciosa en cuanto a la comunión. Algunas cosas están enfatizadas de una manera especial por el prefijo: «¿O no sabéis…?» Veamos cuáles son algunas de estas cosas. ¿O NO SABÉIS que…?
I. Los santos juzgarán el mundo? (v. 2).
Daniel, en su visión, vio venir al Anciano de Días, y el tiempo en que los santos poseyeron el reino
(Dn. 7:22). Jesús dijo: «En la regeneración, vosotros que me habéis seguido os sentaréis también sobre doce tronos, para juzgar a las doce tribus de Israel» (Mt. 19:28). Vivieron y reinaron con Cristo mil años (Ap. 20:4). Es nimia cosa para sus santos ser juzgados ahora por los hombres. Vendrá el día de ellos.
II. <¿strong>Vuestros cuerpos son miembros de Cristo? (v. 15). «El cuerpo… es para el Señor, y el Señor para el cuerpo» (v. 13). ¿O no sabéis que estos cuerpos vuestros pertenecen a Cristo tan realmente como vuestras almas? El Señor es para vuestro espíritu, y también para vuestro cuerpo. Vuestro cuerpo es un miembro funcional visible de Cristo. Las tentaciones del diablo vienen frecuentemente por vía del cuerpo. Mantenedlo sujeto, no sea que de alguna manera os lleve a la inutilidad (1 Co. 9:27).
III. Vuestro cuerpo es el Templo del Espíritu Santo… (v. 19). En el Templo de Salomón la gloria del Señor reposaba sobre el propiciatorio, justo en el centro del Lugar Santísimo, haciendo del Templo un verdadero testimonio de su presencia y poder. La Iglesia de Dios es asimismo su templo.
«Vosotros sois el santuario del Dios viviente, como Dios dijo: Habitaré y andaré entre ellos, y seré su Dios, y ellos serán mi pueblo» (2 Co. 6:16). «También vosotros sois juntamente edificados para morada de Dios en el Espíritu» (Ef. 2:21, 22). Todos somos uno en Cristo, como cuerpo corporativo, y ello constituye el templo de Dios.
Pero el cuerpo de cada creyente individual deviene un templo del Espíritu Santo. Éste es un pensamiento más conducente a la humildad, al examen propio y a la inspiración que el que Dios more en su Iglesia. Tu cuerpo es el templo del Espíritu Santo. Justo en el centro de este templo, en el Lugar Santísimo, el corazón, el Espíritu Santo habita y obra, trayendo consolación y conducción en la vida, y poder para el testimonio. Dios en medio.
IV. No sois vuestros? Porque habéis sido comprados por precio (vv. 19, 20). ¿Es esto libertad o esclavitud? Es ambas cosas. Significa la libertad de los hijos de Dios, la libertad del Espíritu, y la servidumbre de un amor conquistado. La independencia es imposible. Para ser independientes debemos carecer de país, de cuerpo y de Dios.
«Habéis sido comprados por precio». Un precio que sólo el mismo Dios podía pagar: la preciosa Sangre de su amado Hijo (1 P. 1:18, 19). Cristo es mucho más que un Ejemplo para nosotros: Él es nuestra Redención. Habiendo sido comprados por su Sangre, pertenecéis a Él; por ello, «no sois vuestros», y deberíais glorificar «a Dios en vuestro cuerpo y en vuestro espíritu, los cuales son de Dios» (v. 20).
El amor de Cristo debería constreñirnos, para que los que vivimos por su gracia redentora no vivamos desde ahora para nosotros mismos, sino para Aquel que murió por nosotros y resucitó (2 Co. 3:14, 15), para que proclamemos las alabanzas de Aquel que nos ha llamado de las tinieblas a su luz admirable (1 P. 2:9).