DELEITE MUTUO. Bosquejos Bíblicos para Predicar Cantar de los Cantares 2:14-17
Para ella, él es «señalado entre diez mil», para Él, ella es «la más bella entre las mujeres». Dulce debe ser la comunión de los tales. Observemos aquí:
I. Su seguridad. Como su propia paloma, el emblema de pureza y de afecto, ella está:
1. «En los AGUJEROS de la Peña», para SEGURIDAD (v. 14). Ella mora en las alturas (Is. 33:16), mucho más allá del alcance del cruel cazador, en la abertura de la Roca de la Eternidad, guardada por el poder de Dios. La fuerza de los Montes, que es de Él, es también de ella.
2. «En los lugares secretos del ascenso» (Newberry), para PROGRESO. Su posición es segura, y su privilegio es progresar. La Peña de defensa es frecuentemente asociada con el lugar secreto de privilegio (Sal. 27:15; Is. 33:16). El poder del Espíritu está asociado con la sangre de la Cruz. Como hijos, estamos en los agujeros de la peña; como siervos estamos «en los lugares secretos de las escalinatas».
II. El anhelo de ÉL por comunión. Él desea dos cosas de ella: Dice:
1. «Muéstrame TU ROSTRO…, porque… HERMOSO [es] tu semblante. » Hermoso con la hermosura que Él ha puesto sobre él, al satisfacer su corazón con su amor y bondad. Levanta tu rostro a Dios: su corazón anhela ver su propia luz en tus ojos, y tener comunión contigo. Luego:
2. «Hazme oír TU VOZ, porque DULCE es tu voz.» Le es dulce a Él oír tu voz en oración a Él, en alabanza de Él, y en testimonio de Él. La voz puede ser débil y temblorosa, pero para Él es dulce. Deja que la oiga frecuentemente, porque hay muchas otras voces que deben serle duras y penosas para su oído lleno de gracia.
III. La solicitud de Él acerca de las posesiones de ellos. «Cazadnos las raposas, las pequeñas raposas, que echan a perder las viñas, porque nuestras viñas están en flor» (v. 15). Las viñas pueden representar esferas de servicio. Al cercado sagrado han entrado raposas, o falsos maestros (Ez. 13:4).
Hay también «las pequeñas raposas», juguetonas, cosas inocentes en cierto sentido, pero que estropean las vides. La Novia y el Novio son socios en este negocio; lo que toca a la viña afecta a ambos. Si estamos vitalmente unidos a Cristo, estaremos vitalmente interesados en su causa. ¿Y qué debe hacerse con las raposas? «Cazadlas». Tratad con ellas como lo que son, raposas.
IV. La gozosa confesión de ella. «Mi amado es mío, y yo suya.
1. SUYA, POR GRACIA Y ELECCIÓN. Suya, porque Él ha puesto su amor sobre mí, y me ha escogido como suya. Él me amó, y se entregó a Sí mismo por mí.
2. SUYA, POR FE Y ENTREGA PROPIA. «¡Y yo suya!» Él se dio a Sí mismo por mí, y yo me he dado a mí misma a Él. No sois vuestros, habéis sido comprados por precio. Ésta es una unión indisoluble en la muerte y en la eternidad.
3. SUYA, HASTA QUE DESPUNTE EL DÍA. Justo ahora, la esfera de acción de ella, en comunión con ella, es en las sombras; pero cuando aquel gran «Día» amanezca, las sombras «huirán». Ella es de Él, tan realmente en el lugar de sufrimiento como en el día de la gloria. Sí, aunque ande por el valle de sombra... no temeré mal alguno, porque Tú estarás conmigo» (Sal. 23:4).
4. SUYA, HASTA QUE ÉL VUELVA. «Vuélvete, amado mío; sé semejante al corzo, o como el cervatillo sobre el monte de la partición » (margen). El joven ciervo puede vencer fácilmente los montes y los valles, que separan. Cuando Cristo vuelva, Él vendrá «pronto», y los montes que actualmente ocultan su presencia visible y que dividen a su pueblo que espera, se fundirán al aparecer Él. El clamor de la Novia es: «Ven, Señor Jesús, ven pronto».