Juan 9:17, 25, 38
El ciego ocupa el centro de la escena.
Los demás personajes dan realce a su figura. Los discípulos preocupados en una especulación teológica extraña a la caridad. Los vecinos expresando curiosidad y admiración. Los fariseos obcecados en su incredulidad, torciendo los hechos. Los padres tímidos evadiendo el conflicto. En el centro el ciego firme, atrevido, valiente, fiel a la verdad.
I. Su fe tuvo por base su experiencia
- Había puesto a prueba la palabra de Jesús, haciendo lo que le mandó, y fue sano. “Habiendo yo sido ciego, ahora veo.”
- El que cree por testimonio ajeno nunca podrá sentirse muy seguro. No hay vida en un credo que no brota y se comprueba en la experiencia propia. Natanael no quedó conforme con el testimonio de Felipe; ni los samaritanos con el de la mujer. Todo creyente debe poder decir: “Yo sé.”
II. La contestó con modestia; pero con firmeza
- No tardan las circunstancias en demandar el testimonio del discípulo. Así Nicodemo. Pedro creía pasar inadvertido.
- El ciego no sabía mucho; pero sabía bien algo: —“una cosa”. No pretendía saber más. Y dijo lo que sabía. Lo que Jesús había hecho por él.
- Semejante testimonio se demanda de cada creyente: “Cuenta cuán grandes cosas ha hecho Dios contigo.”
III. Se mantuvo ante la oposición
- Siempre habrá quienes traten de quitar su fe a los cristianos. Argumentos, burlas, persecución. Se han probado todos los medios.
- Los argumentos se estrellaron contra la experiencia. El insulto y la persecución lo convirtieron en mártir.
IV. Creció en el conflicto
- Las absurdas afirmaciones de los fariseos contra Jesús, le hicieron ver más claramente la verdad. Su fe se fortaleció y se desarrolló.
- Nótense las expresiones que emplea para designar a Jesús: “el hombre” (1); “profeta” (17); es “de Dios” (33); “el Hijo de Dios” (35-38). El mismo empeño de los fariseos en desprestigiar a Cristo le hace darse cuenta de nuevas verdades. Nuestro credo debe crecer. Cristo debe ser cada día más para nosotros. Es más de lo que sabemos o imaginamos.
- Himno:
Quiero de Cristo más saber, Más de su amor para salvar;
Crecerá en la comunión con él y en el conflicto con el mundo.
V. Tuvo que sufrir por su credo
- Caso frecuente. Si no sufrimos, quizá sea porque no hemos sido fieles a nuestro testimonio.
- ¿Qué ha hecho Cristo por ti? Cuéntalo; que el mundo lo sepa y lo vea. No temas el resultado.
- Si no tienes tal experiencia: “Ven y ve.” Si te acercas a Cristo y lo pones a prueba, pronto tendrás mucho que decir. ¡Y serás feliz!