LOS LEVITAS Y SU SERVICIO A DIOS
Números 1:47-54
Los levitas eran un pueblo peculiar entre los miles de Israel. Sus peculiaridades, como en el caso de los cristianos, tenían que ver en la relación que tenían con el mismo Dios. Estar estrechamente asociados con Él siempre nos hará peculiares a los ojos de los demás. Pensemos en
I. Su separación.
1 NO ERAN CONTADOS con los otros (v. 47). Dios siempre establece una diferencia entre el creyente ordinario y aquellos que están totalmente dedicados a Él
2. ERAN ESCOGIDOS POR DIOS (3:12). Él los tomó a ellos en lugar de a los primogénitos en Israel, de modo que cada uno tenía un carácter representativo.
Cada primogénito no representado por un levita tuvo que ser redimido (3:46-48). Ya veis vuestro llamamiento, hermanos, vosotros los que pertenecéis al círculo interior de sus escogidos. En lugar de Cristo, que es el Primogénito de toda criatura.
2 DADOS A AARÓN (3:9). Y así somos nosotros, como sus escogidos, dados a Cristo. Jesús reveló este pensamiento cuando dijo: «He manifestado tu nombre a los hombres que del mundo me diste». Todo lo que el Padre me ha dado vendrá a Mí.
3 RECLAMADOS POR DIOS. «Los levitas serán míos» (3:12). Pedro, Jacobo y Juan eran los tres peculiares entre los Doce, y parecían beber más profundamente del Espíritu de Jesús su Maestro, y por ello fueron reconocidos por Él no tanto como historiadores sino como maestros. Desead anhelantes los mejores dones.
II. La obra de los levitas era múltiple.
En estos versículos se manifiesta algo de esta variedad. Los vemos como
1 SUPERVISORES. «Pondrás a los levitas en el tabernáculo del testimonio, y sobre todos sus utensilios, y sobre todas las cosas que le pertenecen» (v. 50). Los siervos escogidos de Dios deberían tomarse un interés general en lo relacionado con la obra y el culto de Dios. Debemos mostrar un interés lleno de simpatía por todo lo que tiene que ver con el servicio y honra de Dios.
2 PORTEADORES. «Ellos llevarán el tabernáculo» (v. 50). El transporte de los artículos del tabernáculo era para ellos la «carga del Señor». No todos los profesos seguidores de Cristo son porteadores de cargas. Pablo comprendió esto experimentalmente cuando dijo: «Desearía yo mismo ser anatema… por amor de Cristo».
3 SERVIDORES. «Ellos servirán» (v. 50). No eran siervos del tabernáculo, sino de Dios. Es bien posible ser siervos bien dispuestos de una Iglesia, y sin embargo no estar sirviendo al Señor.
4 DESMONTADORES. «Los levitas lo desarmarán» (v. 51). Cuando la columna de nube se movía, les tocaba a ellos desarmar el tabernáculo. Aquellos que tienen el oficio de servir en las cosas divinas deberían conocer cómo abrir y trazar rectamente la Palabra de Verdad. En este caso, disección no significa destrucción.
5 EDIFICADORES. «Los levitas lo armarán» (v. 51). En ocasiones tenían que despiezar la casa tabla a tabla, pero podían volverla a levantar y lo hacían. No eran del tipo de estos críticos destructivos que solo saben destruir, pero que no pueden edificar. Los que no pueden poner en orden las cosas de la casa de Dios harían bien en no tocarla.
6 MEDIADORES. «Los levitas acamparán alrededor del tabernáculo del testimonio, para que no haya ira sobre la congregación» (v. 53). Por la posición que ocupaban eran un canal de bendición o de maldición para el pueblo. Así son los que ocupan la posición de maestros públicos de la Palabra y voluntad de Dios.
Al tomar nuestro verdadero lugar delante de Dios y del pueblo podemos salvar a muchos de la ira que ha de venir. Sois la sal de la tierra. La nuestra debiera ser la posición de consagrados.
7 GUARDIANES. «Los levitas tendrán la guarda del tabernáculo del testimonio» (v. 53). Eran custodios del tesoro del Señor. De manos de ellos Él demandaba todo vaso y cortina, toda tabla, pilar y estaca.
¿Somos nosotros, siervos de Él, fieles en guardar todo lo que el Señor nos ha encomendado? ¿No nos ha encomendado a nosotros la palabra de la reconciliación? (2 Co. 5:19). Pablo, casi con su último aliento, dijo: «Oh Timoteo, guarda lo que se te ha encomendado».