Una Llamada a la Decisión. Bosquejo Bíblico para predicar de Éxodo 32:2
«Se puso Moisés a la puerta del campamento, y dijo: ¿Quién está por Jehová? Júntese conmigo» (Ex. 32:26).
En ausencia de Moisés, el pecado y la iniquidad, como una hueste armada, irrumpieron en el real de Israel. Toda la nación se ve en peligro de ser barrida de la fe por una irrupción popular de idolatría. Y como fue entonces, así es ahora. Hay una gran necesidad de que hombres den un paso al frente en Nombre de Dios. «¿Quién está por Jehová? Júntese conmigo. En medio de la presente confusión, a veces es difícil saberlo.
I. Hay solo dos lados. El lado del Señor, y el otro. El otro lado puede estar dividido en muchas filas y compañías, pero son todas impías.
«El que no está conmigo, está contra Mí.» Los que no están por el Príncipe de Paz están luchado en las filas del príncipe de las tinieblas. En esta guerra no hay neutralidad. El señor Nada-y-guarda-la-ropa es un traidor a Dios.
II. ¿Qué se implica con estar por el Señor? Se implica:
1- Un CONOCIMIENTO de Él. Dios se ha manifestado a nosotros en su Hijo, que dijo: "El que me ha visto a Mí, ha visto al Padre".
2- FE en Él. Si lo conocemos como el «misericordioso Señor Dios», etc., esto indudablemente nos llevará a creer en Él (Jn. 5:24).
3- Una DECISIÓN por Él. Debido a que Rut creía en Noemí, decidió vivir y morir con ella. La verdadera fe conduce siempre a una total rendición.
4- Un PERMANECER con Él. Aferrándose a su presencia, y entrando de corazón en todos sus planes y propósitos. Una perfecta aceptación de su voluntad.
5- Un REPOSAR en Él. La batalla es del Señor. Los que están «decididos» por Dios reposan en su fortaleza para la victoria. «Mayor es el que está en vosotros, que el que está en el mundo.»
III. ¿Qué se demanda de los que están del lado del Señor». Que se declaren a sí mismos:
1- Por la SEPARACIÓN. «Júntense conmigo.» Salgamos a Él fuera del campamento, llevando su vituperio» (He. 13:12, 13).
2- Por la CONSAGRACIÓN. «Hoy os habéis consagrado.» La consagración tiene referencia al «llenado de las manos.» Toda consagración es una plenitud y un equipamiento para el servicio de Dios.
3- Por la BATALLA (v. 27). No tenemos lucha contra carne ni sangre (Ef. 6:12). Guardaos de que caiga sobre vosotros la maldición de Meroz (Jue. 5:23).