La Protección de Dios
Tu vara y tu cayado me infundirán aliento. SALMOS 23.4
«Somos guardados por el poder de Dios mediante la fe, para alcanzar la salvación que está preparada para ser manifestada en el tiempo postrero» (1 Pedro 1.5). Considerando cuidadosamente este versículo, notamos esta frase: «guardados por el poder de Dios mediante la fe».
Estamos protegidos por el poder del supremo, soberano, omnisciente y omnipotente Dios. El tiempo del verbo habla de una acción continua. Incluso ahora estamos siendo protegidos.
Somos guardados por el poder de Dios mediante la fe
«Ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni potestades, ni lo presente, ni lo por venir, ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús Señor nuestro» (Romanos 8.38–39). «Si Dios es por nosotros, ¿quién contra nosotros?» (Romanos 8.31).
Por otra parte, estamos protegidos por la fe. Nuestra fe constante en Cristo es el instrumento de la obra sustentadora de Dios. Él no nos salvó aparte de la fe y no nos mantiene separados de la fe. Nuestra fe es un don de Dios, y por medio de su poder protector Él la preserva y la nutre. El mantenimiento de nuestra fe es su obra tanto como todos los demás aspectos de la salvación.
Pero decir que la fe es un don gratuito de Dios que Él sostiene, no quiere decir que la fe opera aparte de la voluntad humana. Es nuestra fe. Creemos. Seguimos firmes. No somos pasivos en el proceso. El medio por el cual Dios mantiene nuestra fe implica nuestra participación plena. No podemos perseverar aparte de la fe y solo por la fe.