
Vivir Bajo su Reino
"Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas." San Mateo 6:33
Buscar el reino de Dios se refiere a actuar de tal modo que nuestra vida agrade a Dios, pues "reino" es gobierno. En otras palabras es dejarse gobernar por Dios y no por las propias ideas o caprichos.
Con estas palabras Jesús estaba urgiendo a Sus discípulos a buscar la salvación de sus almas, por medio de la cual podrían disfrutar del completo cuidado y protección de Dios.
Están bajo el reino de Dios o reino de los cielos todas aquellas personas que pertenecen a Él y hacen Su voluntad. Por eso se dice que Jesucristo es nuestro Señor, porque Él nos gobierna, se enseñorea de nosotros y somos Sus siervos o servidores.
El reino de Dios es un gobierno espiritual sobre el corazón, la mente y el espíritu de los creyentes. Un día, cuando Cristo regrese, será establecido literalmente como un reino terrenal de mil años, el milenio.
Por sobre toda cosa que anhelemos, necesitemos o pidamos, debe primar querer encontrar y vivir bajo el reino de Dios. Cuando lo hallamos esas cosas nos son añadidas.
Al recibir en nuestro corazón a Jesucristo como nuestro Salvador y Señor pasamos automáticamente a pertenecer a ese reino de Dios: "Él nos libró del dominio de la oscuridad y nos trasladó al reino de su amado Hijo, en quien tenemos redención, el perdón de pecados" (Colosenses 1:13,14)
Esto nos compromete a vivir de acuerdo al Evangelio de Jesucristo y Sus mandamientos de amor. De lo contrario no podremos vivir en ese reino eterno:
"¿No saben que los malvados no heredarán el reino de Dios? ¡No se dejen engañar! Ni los fornicarios, ni los idólatras, ni los adúlteros, ni los sodomitas, ni los pervertidos sexuales, ni los ladrones, ni los avaros, ni los borrachos, ni los calumniadores, ni los estafadores heredarán el reino de Dios." (1Corintios 6:9,10)
Siempre declaramos que Él tiene el reino, el poder y la gloria:
"Tuyos son, Señor, la grandeza y el poder, la gloria, la victoria y la majestad. Tuyo es todo cuanto hay en el cielo y en la tierra. Tuyo también es el reino, y tú estás por encima de todo." (1Crónicas 29:11)
Jesús dijo que para poder ver ese reino y vivir bajo él era necesario nacer de nuevo, tener un re-nacimiento interior, espiritual:
"Respondió Jesús y le dijo: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios." (San Juan 3:3)
¿Ha experimentado usted el nuevo nacimiento?