ROMPER EL VASO DE ALABASTRO
"Pero Jesús dijo: Dejadla, ¿por qué la molestáis? Buena obra me ha hecho." Marcos 14:6
El texto está dentro del siguiente relato: Jesús estaba sentado a la mesa en la casa de Simón el leproso y de pronto se acerca una mujer, rompe un vaso de alabastro con perfume de nardo puro muy caro y lo derrama sobre la cabeza de Jesús.
Algunos de los presentes se escandalizan de este acto considerando que es un desperdicio, pues podría haberse vendido por más de 300 denarios y el dinero dado a los pobres. Usan el mismo razonamiento de Judas cuando María de Betania derrama perfume en los pies del Maestro y lo seca con sus cabellos. El Señor les dice que no la molesten pues ella ha hecho una buena obra, anticipándose a ungir su cuerpo para la sepultura.
Hay un perfume que contiene nuestra alma para el Señor y ese perfume es gratitud.