Hay una línea que no podemos ver
Que cruza cada camino,
La frontera escondida entre
La paciencia de Dios y su ira.
¿Oh, dónde está esa misteriosa frontera
Que atraviesa nuestro camino
Más allá de la cual Dios mismo ha jurado
Que él que la pasa está perdido?
¿Cuán lejos puede uno continuar en el pecado?
¿Cuánto más nos librará la misericordia?
¿Dónde termina la gracia y dónde comienzan
Los confines de la desesperanza?
De los cielos se nos envía una respuesta:
Ustedes que de Dios se apartan,
Mientras el hoy es hoy arrepiéntanse,
Y no endurezcan su corazón.
La Paciencia de Dios y su Ira
La libertad verdadera no se halla sin confesión de nuestros pecados y sin la experiencia del perdón divino.